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- Shannon Vallor: “Tenemos que evitar que la tecnología nos haga trabajar como máquinas”
De visita en el país, la filósofa norteamericana no teme un mundo en que los robots controlen a los humanos, sino uno en que los trabajadores se vean obligados a realizar sus tareas como autómatas Por María Paula Etcheberry LA NACIÓN, 15 de octubre de 2022.- Máquinas que desplazan a las personas de sus puestos de trabajo, ahora automatizados. Inteligencia artificial que decide por nosotros. Algoritmos que eligen qué música escuchamos, qué noticias leemos, a qué información accedemos, qué consumimos en nuestras redes sociales y qué películas vemos. Teléfonos celulares inteligentes que concentran cada vez más funciones y tareas. Lo que antes hacían por separado un reloj despertador, un mapa y una cámara de fotos, ahora lo hace todo un único dispositivo. La tecnología nos rodea y su avance es imparable, continuo y vertiginoso. Ante esta frenética evolución, es urgente reflexionar sobre los efectos sociales, las implicancias éticas y morales, y el impacto sobre el carácter del ser humano que tiene la innovación tecnológica. Ese es el propósito de la filósofa estadounidense especializada en ética Shannon Vallor, directora del Centre for Technomoral Futures de la Universidad de Edimburgo. Allí busca combinar tecnología y moralidad en investigaciones académicas interdisciplinarias. Profesora universitaria, autora de numerosos libros, investigadora y exconsultora en asuntos de ética del gigante tecnológico Google, Vallor fue invitada por la Fundación Bunge y Born para brindar por estos días una serie de charlas y conferencias a funcionarios, emprendedores y referentes académicos y políticos de la Argentina. “La tecnología jamás es moralmente neutra y la innovación no siempre trae progreso”, advierte Vallor durante una entrevista con LA NACION. "No podemos entender de manera completa la tecnología si ignoramos su dimensión moral, así como tampoco podemos comprender en profundidad a las sociedades en las que vivimos sin tener conocimientos tecnológicos" Durante la charla con este diario, Vallor analiza el impacto de la tecnología sobre el mundo laboral, la política, el ámbito educativo y sobre la humanidad en general. –Usted se desempeña como directora del Centre for Technomoral Futures de la Universidad de Edimburgo. ¿Cuáles son los propósitos y objetivos del centro y cómo es el trabajo que hacen allí? ¿Cómo y por qué fue creado? –El centro se creó gracias a una donación de un fondo de inversión, con el objetivo de financiar un programa de investigación en tecnología. Era una oportunidad particularmente atractiva, porque ofrece becas, investigación y financiamiento. Trabajamos combinando disciplinas de la academia tradicional, las ciencias sociales y humanidades, como la filosofía y la ética, junto con la investigación en tecnología. Nuestra misión es llevar adelante investigaciones interdisciplinarias para evaluar el impacto social de los desarrollos tecnológicos. En el centro trabajamos filósofos, sociólogos, especialistas en temas legales o en ética, ingenieros, expertos en educación, especialistas en empresas, en datos. Esa es nuestra principal ventaja. No hay ninguna disciplina que nos brinde una visión holística de la tecnología. Sabemos que es difícil lograr esta intersección de disciplinas dentro de la investigación académica tradicional, pero nosotros alentamos a cruzar las fronteras disciplinarias. Buscamos combinar la tecnología con una dimensión ética, porque la tecnología jamás es moralmente neutra. –¿Por qué es importante agregarle una dimensión moral a la tecnología? –La tecnología siempre impacta en nuestra forma de vivir, en nuestras normas sociales e instituciones, y eso hace que necesitemos tener en cuenta sus aspectos morales y éticos. No podemos entender de manera completa la tecnología si ignoramos su dimensión moral, así como tampoco podemos comprender en profundidad a las sociedades en las que vivimos sin tener conocimientos tecnológicos. Necesitamos combinar ambas cosas. De lo contrario, tenemos un problema. La tecnología y la moralidad son inseparables. Las vacunas, los sistemas de irrigación en la agricultura son ejemplos de tecnologías que mejoraron nuestras vidas. Los cambios tecnológicos modifican el marco estructural en el que vivimos. La tecnología siempre influyó en el diseño institucional y siempre ha tenido un impacto moral en la humanidad. En algunas disciplinas y profesiones existe mucha conciencia sobre esto, como en la ingeniería, la medicina, la biotecnología. Los ingenieros tienen códigos éticos que datan de hace 150 años atrás, cuando ocurrieron los primeros casos de puentes cayéndose por negligencia, por error humano o malos cálculos. Por suerte, esta dimensión ética aplicada a la tecnología es un campo que está evolucionando y creciendo mucho. –En algunas de sus obras aparece el concepto de “virtudes tecnomorales”. ¿Qué es una virtud tecnomoral? –La noción de virtudes tecnomorales viene de un libro que publiqué en 2016. La sabiduría o el coraje son virtudes que pueden ser aplicadas a todo, adaptándose a cada contexto específico. Las virtudes no son universales, siempre se aplican a una situación particular. En el caso de la tecnología, tenemos que aplicar virtudes para asegurarnos de que está ayudándonos a vivir mejor como seres humanos. Porque la innovación no siempre trae progreso y no siempre es positiva. Puedo encontrar una forma nueva de producir alimentos que sea innovadora y disruptiva, pero que genere grandes hambrunas. Eso no lleva al progreso. Una virtud tecnomoral es una cualidad que nos ayuda a determinar que las tecnologías están mejorando nuestro bienestar. "Sería necesario que los técnicos tuvieran alguna noción acerca de los efectos que tienen sus descubrimientos sobre los seres humanos y la sociedad" –Existe una brecha entre los humanistas que tienen en cuenta la moral, pero desconocen cómo funciona la tecnología, y por otro lado, los expertos en tecnología que ignoran el impacto moral de sus descubrimientos y avances. ¿Cómo podemos zanjar esta brecha? –Hay mucho que podemos hacer al respecto. Es urgente que las combinemos. A veces, los técnicos y desarrolladores tecnológicos dicen “yo solo construyo la máquina, analizar sus implicancias sociales es el trabajo de otro especialista”. Esa reacción es entendible. Pero implica un gran problema que tenemos que evitar. No vamos a pedirle a un experto en tecnología que se convierta en un filósofo dedicado a la ética. Pero sí sería necesario que los técnicos tuvieran alguna noción acerca de los efectos que tienen sus descubrimientos sobre los seres humanos y la sociedad. Esa sería una manera de terminar con esa brecha y construir puentes entre ambos mundos. –¿Cuáles son los principales desafíos que trae la tecnología para los gobiernos y los líderes políticos en general? –Trae tres desafíos. El primero tiene que ver con que la innovación tecnológica modifica nuestra manera de trabajar. Y eso tiene su correlato político, porque se hace necesario contener a la fuerza de trabajo en un escenario tan cambiante. El segundo desafío se vincula al acceso a la información. La inteligencia artificial y los algoritmos son capaces de decidir por nosotros qué tipo de contenidos y noticias consumimos. Además, con la inteligencia artificial podemos crear imágenes o videos que no son reales. Le podemos pedir “haceme una imagen de tal persona andando en bicicleta” y se crea esa foto en base a tus indicaciones. Esto implica que muchas de estas imágenes podrían confundirse con imágenes reales, haciendo más difícil saber qué es verídico y qué es falso. La inteligencia artificial también tiene la capacidad de producir información en medios y redactar artículos. Todo esto puede erosionar nuestras instituciones democráticas y afectar la salud de las democracias. Pero el problema mayor es que la tecnología desgasta la legitimidad y representatividad del sistema democrático. Porque nosotros como votantes no elegimos a las grandes corporaciones tecnológicas, ni tampoco a las máquinas o a la inteligencia artificial. No votamos a Google, tampoco a los ingenieros de Facebook o a los dueños de Twitter. Sin embargo, todos ellos controlan la forma en la que la información circula dentro de nuestras democracias. –¿Cómo impacta la tecnología en la cultura empresarial y en lo económico? –La tecnología y la inteligencia artificial van a acentuar aún más la tendencia que ya estamos viendo de concentración de la riqueza en cada vez menos manos. Esto genera más desigualdad. Necesitamos elegir a conciencia en qué rubros la tecnología tiene un efecto positivo sobre el trabajo y sobre los seres humanos, y en cuáles no. Hay un muy fuerte incentivo monetario respecto a usar la tecnología para ahorrar el dinero que se gastaría en trabajadores humanos. La tentación es simplemente poner a la máquina a trabajar. No deberíamos ceder a esa tentación y reemplazar inmediatamente a todos los trabajadores con tecnología, solo porque es eficiente y permite ahorros en el presupuesto de las empresas. Hay que seleccionar muy bien aquellas tareas en las que tiene sentido reemplazar a los seres humanos. Quizá sea deseable para las tareas aburridas, sucias y peligrosas, conocidas como las “3D” (por las iniciales de estas palabras en inglés: dull, dirty, dangerous). O incorporar tecnología en disciplinas en las que el esfuerzo combinado de la inteligencia artificial y el ser humano llega a mucho mejores resultados que si solo trabajara la máquina o si solo trabajara la persona. En medicina, por ejemplo, el trabajo conjunto de una persona y de la inteligencia artificial permite mejores diagnósticos y mejora la calidad del servicio de salud. -¿Y cuál es el impacto de la tecnología en la educación? ¿Cómo afecta la innovación tecnológica a las universidades y a los sistemas educativos? –La afecta de una manera similar a la economía. Acá también tenemos que pensar en qué herramientas tecnológicas ayudan a potenciar el aprendizaje de los alumnos y la enseñanza de los profesores, y qué aspectos de la tecnología van en contra de ese objetivo. Por ejemplo, existen herramientas para escribir ensayos automáticamente que usan machine learning para predecir un idioma. Podrían mejorar cada vez más, y dentro de unos años un docente sería incapaz de distinguir un ensayo escrito por un alumno o por la máquina. Esto va absolutamente en contra de la idea de aprender y enseñar. Pero por supuesto que hay muchas otras tecnologías que sí ayudan al aprendizaje y que debemos incorporar. "Aristóteles y los filósofos clásicos hablan de la sabiduría práctica, que consiste en adaptar el conocimiento a un mundo cambiante" –Hay un miedo a que la tecnología y la inteligencia artificial desplacen paulatinamente al ser humano de cada vez más funciones. ¿Cuánto hay de cierto en estas preocupaciones? ¿Deberíamos tener miedo de ser desplazados o quizá es razonable que ocurra en determinados rubros y tareas? ¿Qué tenemos que hacer para evitar esos futuros distópicos de ciencia ficción tan temidos? –Por suerte, estamos todavía muy lejos de eso. La tecnología seguirá siendo controlada por los seres humanos y seguirá estando al servicio de las personas. La robótica no avanzó tan rápido como se esperaba. En contraste, tecnologías como el machine learning avanzaron muchísimo. Pero el machine learning no tiene una comprensión profunda del mundo. Por eso, las máquinas y la inteligencia artificial no tienen la misma inteligencia que los humanos. No tienen capacidad de entender el mundo que los rodea. Solo saben cómo predecir un lenguaje, pero nunca llegan a entender el idioma y a construir un sentido. Así que, la tecnología y la inteligencia artificial van a requerir aún más inteligencia humana. Porque cada vez va a volverse más compleja y será cada vez más difícil predecir en qué cosas la inteligencia artificial puede equivocarse. Afortunadamente, la idea de que todos vamos a perder nuestros trabajos frente a las máquinas es una fantasía. Pero temo que vayamos hacia un mundo en el que todavía mantengamos nuestros trabajos, solo que bajo pésimas condiciones. –Usted estudió filosofía clásica. ¿Qué nos puede enseñar Aristóteles sobre cómo prepararnos para vivir en un mundo tecnológico? –Aristóteles y los filósofos clásicos hablan de la sabiduría práctica, que consiste en adaptar el conocimiento a un mundo cambiante. Nuestro mundo está cambiando a una velocidad que Aristóteles jamás pudo haber imaginado, pero aun así tenemos que tener en cuenta esta valiosa lección. Porque en verdad, el mundo, los seres humanos y la tecnología siempre han ido cambiando. Y los filósofos clásicos ya han hecho sus reflexiones sobre cómo adaptarnos a un mundo en permanente cambio mientras logramos preservar nuestras virtudes. –¿Cómo debería prepararse el ser humano para un futuro de innovación tecnológica? –Como dije, la innovación tecnológica exigirá más inteligencia humana para controlarla, no menos. Tenemos que asegurarnos de que la tecnología no nos haga trabajar como máquinas. No temo un mundo en el que los robots o la tecnología controlen a los seres humanos. Sino más bien un mundo en el que la tecnología siga siendo controlada por los humanos, pero los trabajadores se vean obligados a hacer sus tareas de una manera parecida a la de las máquinas. Por ejemplo, es un problema si la inteligencia artificial supervisa a los trabajadores y les pide que muevan una caja de determinada forma, aunque no puedan hacerlo por un dolor de espalda o por una limitación en su movilidad. Me asustan las consecuencias de perder la flexibilidad, la empatía, la posibilidad de cambiar y adaptarse que tiene un ser humano supervisando a un equipo de trabajo. Debemos evitar eso. La tecnología no solo debe ser controlada por los humanos, sino que también debe mejorar a los humanos en lugar de esclavizarlos. PERFIL: Shannon Vallor Shannon Vallor nació en Estados Unidos. Filósofa, es directora del Centre for Technomoral Futures de la Universidad de Edimburgo, Escocia. También es profesora en el departamento de filosofía de esa universidad. Su proyecto de investigación se centra en el impacto de las tecnologías emergentes en los hábitos, habilidades y virtudes morales e intelectuales de los seres humanos. Fue galardonada con el Premio Covey que otorga la Asociación Internacional de Informática y Filosofía (Iacap) y en 2015 ganó el Premio Mundial de Tecnología en Ética de la Red Mundial de Tecnología. Publicó Technology and the Virtues: A Philosophical Guide to a Future Worth Wanting y The Oxford Handbook of Philosophy of Technology, entre otros libros.
- Se realizó el Primer Encuentro Nacional de la Red de Archivos de Empresas
El jueves 13 de octubre se llevó a cabo el Primer Encuentro Nacional de la Red de Archivos de Empresas, en el auditorio de la Fundación Williams. El objetivo fue generar el primer espacio para pensar, reflexionar, proponer e intercambiar ideas para continuar fortaleciendo esta red. Participaron de la jornada distintas empresas y organizaciones que integran la Red de Archivos de Empresas, como SanCor Seguros, el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, Fundación IDA, el Archivo Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, AMIA, Casa Museo Bernardo Houssay (Fundación FECIC) y el Techint Group Archive Center, entre otros. Como cierre de este Primer Encuentro Nacional de la Red de Archivos de Empresas, se realizó la presentación de la Base de Datos sobre "Las grandes empresas en Argentina, desde la expansión agropecuaria hasta la última globalización", Proyecto PICT - dirigido por Andrea Lluch y Norma Lanciotti. La Red de Archivos de Empresas es uno de los proyectos que se enmarcan dentro de la Iniciativa para el Fortalecimiento de Archivos, que llevamos adelante desde la Fundación Bunge y Born junto a la Fundación Williams. Para más información, click aquí.
- Participamos de la 6ta edición del Programa de Innovadores Locales
Brenda Walter, Coordinadora Senior de la Fundación Bunge y Born, fue invitada a participar de la sexta edición del Programa de Innovadores Locales, liderada por la Red de Innovación Local (Argentina), Ashoka (LATAM), COLab (Chile) y Vía Educación (México). Este Programa convoca a líderes de gobiernos locales y emprendedores sociales a formar equipos y a trabajar juntos durante 6 meses en la búsqueda de soluciones a un problema complejo de su ciudad. Por su experiencia en trabajo territorial y la importancia de la inclusión de voces diversas en el proceso de diseño de soluciones innovadoras orientadas a generar un impacto social positivo coordinó la primera Mesa de Inspiración, donde 100 equipos que están participando del programa pudieron presentar el trabajo realizado. El objetivo de estas sesiones es contribuir a la retroalimentación de ideas que les permitirá avanzar en el proceso de diseño de sus iniciativas de alto impacto. En esta Primera Mesa de Inspiración, realizada entre el 12 y 13 de septiembre, participaron equipos provenientes de Argentina, Costa Rica, Colombia, Nigeria y Kenia. Problemas abordados San Salvador de Jujuy (Argentina) "Falta de cloacas e inundación de terrenos por un arroyo que cruza la zona, y plan de mejoramiento del barrio, que solucionaría los problemas manifestados." Heredia (Costa Rica) "Falta de articulación y motivación de adolescentes en la participación de distintas propuestas comunitarias que no responden a las aspiraciones colectivas de la población." Bogotá (Colombia) "El 23% de las personas mayores de 60 de la ciudad recibe pensión. Pero si se mide mujeres, baja al 15%." San Antonio de Areco (Argentina) "Solo el 6% de los residuos sólidos urbanos son reciclados en la comunidad de San Antonio de Areco." Bucaramanga (Colombia) "La precariedad urbana de los asentamientos y contaminación a la rivera del Río del Oro." Minna (Nigeria) "Según el último informe proporcionado por la agencia de seguridad, en Minna 2 de cada 10 jóvenes están en la delincuencia." Kakuma (Kenia) "Hay inseguridad alimentaria en el campo de refugiados de Kakuma. Esto hace que 8 de cada 10 niños en el campo de refugiados sufran anemia." “La participación en estos encuentros es una oportunidad para escuchar otras formas de problematizar en otros países con distintas realidades y contextos; y de pensar soluciones desde y para la comunidad, lo cual resultó sumamente enriquecedor no sólo a nivel profesional sino también personal”, destacó Brenda Walter. A la vez, la convocatoria no deja de ser una validación a la trayectoria y experiencia que la Fundación Bunge y Born viene desarrollando a lo largo de los últimos años en relación a sus intervenciones diseñadas desde un enfoque innovador para resolver problemas de educación, salud y sustentabilidad.
- Daniel Canogar en Argentina: todos los encuentros disponibles
Todos los videos del programa "Arte, Ciencia y Tecnología: estado de situación", llevado a cabo entre mayo y junio de 2022 por el artista español Daniel Canogar, ya se encuentran disponibles en YouTube. Su visita al país fue organizada conjuntamente por la Fundación Bunge y Born, la Fundación Andreani, en colaboración del Centro Cultural de España en Buenos Aires, con el objetivo de fomentar la producción de conocimiento y la formación de quienes trabajan en arte, ciencia y tecnología. El workshop "Arte, Ciencia y Tecnología: estado de situación" se brindó los días 31/05 y 1/06 en el espacio cultural de la Fundación Andreani, y participaron más de 35 artistas provenientes de Buenos Aires, Corrientes, Santa Fe, Chaco, Córdoba, San Juan, Neuquén, Mendoza y Tierra del Fuego. Además el artista brindó una clase magistral abierta al público, libre y gratuita en el espacio porteño CCEBA, donde ofreció un recorrido por su obra. Daniel Canogar es un referente de las artes visuales por el uso de inteligencia artificial y de tecnología LED como herramientas creativas, ha realizado videoproyecciones generativas e intervenciones en el espacio público a gran escala, que incluye media art, soportes audiovisuales expuestos, la práctica de la instalación, new/old media (nuevos y viejos medios), lo analógico y lo digital, así como procesos de trabajo. El artista mostró las video-proyecciones generativas e intervenciones en espacios públicos y privados a gran escala y un recorrido por la arqueología tecnológica, invitando a reflexionar sobre la cultura del descarte en el paso de lo tangible a lo intangible. Sus proyectos artísticos reflejan el problema de los residuos que van desde los obsoletos VHS, CD y DVDs, hasta equipamiento tecnológico de descarte, insumos que él utiliza para reflexionar sobre esta problemática y para la producción de sus obras. ¡Te invitamos a revivir estos encuentros!
- Cerró la convocatoria al Premio Estímulo "Todos los tiempos el tiempo" con más de 900 inscripciones
Por tercer año consecutivo, la convocatoria al Premio Estímulo "Todos los tiempos el tiempo", organizado por la Fundación Bunge y Born, Fundación Proa y el diario La Nación, supera los novecientos proyectos de obra presentados el concurso pensado para apoyar el proceso de producción de las obras de autores de 20 a 40 años. Participaron autores a lo largo y ancho del país. Además de una fuerte preponderancia del área metropolitana de Buenos Aires, hubo una importante respuesta de las provincias de Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tucumán, Entre Ríos, Salta, Misiones y Chubut. También hubo argentinos participando desde el exterior. “Estamos contentos de que año tras año el Premio se afiance en el conjunto del territorio argentino como una propuesta federal y que autores venidos de contextos nacionales muy distintos lo identifiquen como una oportunidad”, señaló Norberto Frigerio, Director de Relaciones Institucionales de La Nación. El certamen contempló textos narrativos, cinematográficos, dramáticos e ilustrados a través de las cinco categorías propuestas: Narrativa, Narrativa Breve, Guión, Dramaturgia y Narrativa Gráfica. “Seguimos abordando la escritura en su pluralidad de géneros y formas”, subrayó Adriana Rosenberg, Directora de Fundación Proa. Los textos en prosa fueron los más populares: más de la mitad de las participaciones estuvo concentrada en las dos primeras categorías. A partir de ahora comienza el arduo proceso de selección de las obras más destacadas. A mediados de diciembre se darán a conocer los proyectos premiados en las categorías Narrativa, Narrativa Breve, Guión y Dramaturgia. Los autores recibirán cada uno $350.000 pesos como estímulo para terminar su obra. La decisión final estará a cargo de un Jurado integrado por autores consagrados a nivel nacional e internacional: María Sonia Cristoff, Héctor Guyot, Mercedes Halfon y Daniel Link. También se definirán las menciones que participarán de las clínicas de escritura con Alan Pauls y Romina Paula. Además, se asignará el Incentivo a la edición de $250.000 a la obra más destacada de Narrativa Gráfica, con el fin de apoyar su publicación por una editorial independiente. “Esperamos que a través del concurso obras de gran calidad artística puedan salir a la luz y encontrarse con sus lectores y audiencias.” destacó Gerardo della Paolera, Director Ejecutivo de la Fundación Bunge y Born.
- "El camino de la ciencia", el nuevo podcast de los Premios Fundación Bunge y Born
Esta semana lanzamos "El camino de la ciencia", un podcast para descubrir qué inspira e impulsa a los ganadores de los Premios Fundación Bunge y Born a trabajar de manera incansable, y conocer cómo son fuera de los laboratorios y las aulas. Cuando imaginamos a los científicos se nos representa una persona alejada del ojo público con guardapolvo blanco, impoluto, anteojos y serio, rodeado de microscopios y tubos de ensayo que contienen líquidos de colores fluorescentes. De acuerdo a las cifras de CONICET, cada día se desempeñan en el organismo más de 11.800 investigadores e investigadoras, más de 11.600 becarios y becarias de doctorado y posdoctorado, más de 2.900 técnicos, técnicas y profesionales de apoyo a la investigación con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la población. Desde hace 59 años que en la Fundación Bunge y Born premiamos a los científicos argentinos mas destacados en su área. En este podcast, "El camino de la ciencia", conducido por Florencia Cunzolo, vamos a poder conocer sus historias por fuera del laboratorio y las aulas como también saber que los impulsa a trabajar de manera incansable para transformar la realidad. Te invitamos a escucharlo a través de la Plataforma Spotify aquí.
- Premios Fundación Bunge y Born 2022: una celebración de la ciencia
Los Premios Fundación Bunge y Born volvieron a convocarnos para celebrar la ciencia, tras dos años de no realizarse en forma presencial, para galardonar a Galo Soler Illia y María Alejandra Molina, ambos unidos por su pasión en las Nanociencias. Con la presencia de una numerosa y destacada comunidad científica y un auditorio colmado de amigos, familiares y compañeros de los homenajeados, se llevó a cabo la premiación en el Centro Cultural de la Ciencia (C3). Del evento participaron el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; el Presidente de Fundación Bunge y Born, Jorge Born; su Director Ejecutivo, Gerardo della Paolera; el Secretario de Articulación Científico Tecnológica, Juan Pablo Paz; la Presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas Técnicas (CONICET), Ana Franchi; y la Premio Fundación Bunge y Born 2015 y miembro del jurado en esta edición, Noemí Zaritzky. La jornada comenzó con las palabras de bienvenida del presidente de la Fundación Bunge y Born, Jorge Born: "Después de dos años pudimos volver a abrazarnos y eso es un logro de la ciencia: de las vacunas. Y por sobre todo, estamos aquí porque creemos en el futuro de la Argentina y en las capacidades de su gente; nosotros, desde la Fundación Bunge y Born, seguimos aportando nuestro grano de arena para tener un país mejor. Apostamos al futuro y al desarrollo de nuestro país”, declaró el presidente de organización. Luego llegó el momento de las premiaciones. En primer lugar, la galardonada fue María Alejandra Molina, Premio Estímulo 2022. María Alejandra es Dra. en Ciencias Químicas, investigadora Independiente del CONICET e integrante del Instituto de Investigaciones en Tecnologías Energéticas y Materiales Avanzados (IITEMA), de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC). Investiga la resistencia microbiana en antibióticos y terapias anticancerígenas. "Aprovecho esta oportunidad para realizar una declaración de principios renovando mi compromiso con la ciencia, la investigación y la universidad pública. Recibir distinciones es muy gratificante y a la vez un incentivo a seguir realizando ciencia de calidad. Este premio representa algo especial ya que tiene la particularidad de que uno no se postula y llega por sorpresa y entonces eso lo hace más satisfactorio; porque es un honor que mis colegas me hagan merecedora de esta distinción", destacó María Alejandra. Y luego llegó el momento del Premio Fundación Bunge y Born 2022, para el Dr. Galo Soler Illia. Galo es Dr. en Ciencias Químicas e Investigador Superior del CONICET en el Instituto de Nanosistemas, de la Escuela de Bio y Nanotecnologías de la Universidad Nacional de San Martín (INS_EByN_UNSAM), lugar que fundó y dirige desde 2015. "Las nanociencias nos permiten respirar aire más puro, cargar más rápido los celulares y generar rápidamente vacunas y testeos contra un invasor inesperado. Pero tienen mucho más para dar. La revolución nanotecnológica nos permite programar la materia para mejorar nuestra salud, nuestro ambiente y encontrar nuevas fuentes sustentables de energía. Vamos camino a crear materiales inteligentes y autónomos, que imitan a la naturaleza", destacó el Dr. Soler Illia. "Cuando recibí el llamado y hablé con el jurado, se me pasó mi vida por delante. No solo mi vida científica, sino toda mi existencia. Este premio lo merecen todos quienes me han acompañado en este camino. Y les agradezco enormemente, porque hasta ahora, es un viaje magnífico", confesó Galo. Seguidamente, el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, aseguró: "Este premio tiene que ver con el esfuerzo, la dedicación y la capacidad, y hoy se lo han dado a dos grandes científicos y a dos grandes personas, que tiene mucho compromiso personal, capacidad de trabajar en grupo, y de transmitir y formar a nuevas camadas de profesionales. Eso es invalorable". Asimismo, reflexionó sobre las políticas de Estado: "No hay que volver a las políticas pendulares, tenemos que saber que nada en educación, en ciencia y tecnología se puede lograr de un día para el otro, no podemos estar atados a los calendarios electorales, ni depender de los gobiernos de turno sino estamos volviendo a empezar siempre". Para cerrar la ceremonia, Gerardo della Paolera, director ejecutivo de la Fundación Bunge y Born, tomó la palabra: "En la fundación estamos convencidos de que la micro intervención medible y con impacto positivo puede ser escalable y provocar cambios contundentes. Si desde las organizaciones trabajamos de ese modo, esto nos acercará a una cambio paradigmático desde la innovación, con enfoque científico. Seguiremos en ese camino". Los Premios Fundación Bunge y Born se entregan ininterrumpidamente desde 1964, siendo uno de los reconocimientos más importantes del ámbito científico nacional e internacional, tanto por el prestigio del jurado y de los premiados, como por su magnitud. Son un reconocimiento a los científicos argentinos. El Premio Estímulo, que destaca los aportes de investigadores más jóvenes, se entrega desde 2001. Entre las figuras que los han recibido, se destacan Luis Federico Leloir (1965, Medicina) Premio Nobel argentino; Roberto Salvarezza (2012, Química), Gabriel Rabinovich (2014, Medicina Experimental), María Beatriz Aguirre-Urreta (2016, Paleontología), Carlos Balseiro (2017, Física), Víctor Yohai (2018, Matemática), Sandra Díaz (2019, Ecología) y Diego de Mendoza (2021, Microbiología). En esta edición, el jurado estuvo integrado por científicos nacionales e internacionales entre ellos: Gustavo Rivas (Universidad Nacional de Córdoba), Noemí Zaritzky (Universidad Nacional de La Plata), Premio Fundación Bunge y Born 2015, Marcelo Kogan (Universidad de Chile), César Barbero (Universidad Nacional de Río Cuarto), Susana Córdoba de Torresi (Universidad de San Pablo, Brasil). Estuvieron a cargo del Comité de Selección Alejandro Olivieri (Universidad Nacional de Rosario) y Vera Álvarez (CONICET-Universidad Nacional de Mar del Plata), quien recibió el Premio Estímulo de la Fundación Bunge y Born en 2015.
- Nanociencias: una revolución en miniatura que "cambia la forma de ver el mundo"
Los referentes de la disciplina en el país y ganadores del premio anual de la Fundación Bunge y Born, Galo Soler Illia y María Alejandra Molina, dialogaron con Télam sobre sus proyectos de investigación y las posibles aplicaciones. Por Milagros Alonso TÉLAM, 19 de septiembre de 2022.- Las nanociencias son consideradas "una ola revolucionaria" que se desarrolla en un mundo invisible a nuestros ojos, donde se pueden crear nuevos materiales inteligentes que toman decisiones y tienen un "gran potencial" para aplicaciones en salud y ambiente, señalaron a Télam Galo Soler Illia y María Alejandra Molina, dos referentes de la disciplina en el país y ganadores del premio anual de la Fundación Bunge y Born. En una nueva dimensión que entra en la millonésima parte de un milímetro, Soler Illia y Molina trabajan en el arte de modificar la materia y achicar cada vez más las partículas. "La diferencia de tamaños relativa entre una persona y la nanopartícula es de más o menos nueve órdenes de magnitud, 1.000 millones de veces. Esa distancia es como imaginar un ser del tamaño del planeta Tierra manipulando una pelota de fútbol", explicó Soler Illia, doctor en Ciencias Químicas e investigador superior del Conicet. "Lo interesante de las nanociencias es que cuando achicamos tanto la escala, el material se comporta de manera completamente diferente"María Alejandra Molina Este año, el Premio de la Fundación Bunge y Born, uno de los galardones científicos más importantes del país, se entregará por primera vez al campo de las nanociencias, siendo Soler Illia el ganador por su "liderazgo indiscutible y excelente producción científica", mientras que Molina recibirá en la ceremonia del próximo martes el Premio Estímulo, que destaca los aportes de investigadores más jóvenes. "Lo interesante de las nanociencias es que cuando achicamos tanto la escala, el material se comporta de manera completamente diferente", aseguró Molina, doctora en Ciencias Químicas. Y dio un ejemplo clásico de esta disciplina emergente: "Si vemos un anillo de oro es amarillo, pero cuando achicamos el tamaño de las partículas, pasa primero a ser rosa, después a rojo. Así como cambia el color, cambian todas las propiedades fisicoquímicas y eso es lo que estamos desarrollando para aplicarlo en diferentes campos". Si bien ya se utilizan nanotecnologías en miles de productos como los caños de escape de los autos, televisores, raquetas de tenis reforzadas y hasta en los test de embarazo de las farmacias, estas disciplinas tienen un "gran potencial en tres áreas: salud, ambiente y energía", afirmó Soler Illia. "Así como en su momento la informática fue una revolución, esta también es una ola revolucionaria", remarcó el investigador y agregó que es un conjunto de tecnologías que "vino para quedarse y cambiar la manera en que vemos al mundo". "Así como en su momento la informática fue una revolución, esta también es una ola revolucionaria" Galo Soler Illia En qué trabajan En la entrevista con Télam, Soler Illia, desde el Instituto de Nanosistemas que fundó en 2015 en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), y Molina, desde el Instituto de Investigaciones en Tecnologías Energéticas y Materiales Avanzados (IITEMA) de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), repasaron sus proyectos de investigación y las posibles aplicaciones. Al entrar en el laboratorio de química que dirige Soler Illia se siente un olor extraño, una mezcla de aire seco, hidróxido de sodio, un poco de alcohol y solventes, lo más parecido al "olor de la gloria", aseguró el investigador de 52 años. "¿Quieren tocar nanopartículas?", preguntó al equipo de Télam y exhibió un trozo de silicio de unos 10 centímetros de largo que parece un espejo y tiene la mitad de su superficie cubierta con una capa amarillenta de óxido de titanio. Cuando se toca el espejito de color gris metalizado, el dedo se desliza suavemente. En cambio, en la parte amarilla, se siente rugoso y áspero. "Son nanoporos, como un empedrado con agujeritos", indicó Soler Illia y explicó que esos poros nanométricos creados en el laboratorio se pueden programar para almacenar infinidad de cosas. Una aplicación práctica es el diseño de pequeñas esponjas que atrapan tóxicos que están en el agua: "Un gramo de ese material tiene en los poros, túneles y cavernas que creamos más o menos mil metros cuadrados de área disponible", describió. Suena inverosímil, pero Soler Illia insistió: "Con 7 gramos de eso, que es como una cucharadita, tenés adentro el área de una cancha de fútbol". Otro de los productos estrella del instituto es Hybridon, el primer desinfectante argentino en spray elaborado con nanotecnología para utilizar sobre superficies y prevenir infecciones. "Son pequeñas nanoesponjas con antibióticos que lo pulverizás sobre una superficie y la mantiene libre de bacterias y virus por más de 72 horas porque liberan la carga de a poquito", contó el multipremiado investigador sobre el producto que ya tiene la aprobación de la Anmat y pronto se lanzará al mercado. "Generamos materiales que toman decisiones, eso es alucinante" La recorrida por el Instituto donde trabajan ocho investigadores y más de 20 becarios sigue por el subsuelo, en el laboratorio de técnicas analíticas bautizado como "Nanocueva". Entre microscopios, equipos de rayos X y un póster de la Guerra de las Galaxias, Soler Illia contó lo que le atrapó de las nanociencias: "La posibilidad de crear cosas e impartir cierta inteligencia a los materiales". "Generamos materiales que toman decisiones, eso es alucinante", dijo con la misma fascinación que en su juventud lo llevó a empezar lavando tubos de ensayo en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Hoy, con más de 200 artículos publicados en revistas científicas internacionales, se entusiasma al relatar cómo programa la estructura de los materiales: "diseñás qué tipo de molécula querés que esté ahí y que con cierto estímulo se alargue, se acorte, se cruce con otra, se abra, se cierre". Desde Córdoba, Molina también desarrolla materiales inteligentes que responden a estímulos del medio ambiente como un cambio de temperatura, de acidez o la presencia de radiación. A sus 38 años, lidera un grupo de investigación que utiliza nanogeles, materiales de aspecto similar a cápsulas blandas de gelatina, pero a escala nanométrica, que permiten la liberación controlada de principios activos como antibióticos. "El nanogel es un vehículo que lleva el principio activo al sitio donde quiero que actúe. En ese lugar aplico el estímulo, el nanogel se rompe y libera ahí el principio activo", explicó la investigadora independiente del Conicet nacida en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe. Molina trabaja en tres líneas de investigación con nanogeles: un estudio para eliminar las bacterias resistentes a los antibióticos, el desarrollo de terapias contra el cáncer para aumentar la eficacia y disminuir los efectos adversos, y el diseño de una plataforma de vacunas para tratar la neumonía en cerdos. "Si podemos entender el material y cómo modificarlo, tenemos posibilidades infinitas" María Alejandra Molina "Si podemos entender el material y cómo modificarlo, tenemos posibilidades infinitas", indicó la investigadora y afirmó que las nanociencias que comenzaron su auge en la década del 2000 "son la revolución de la ciencia". Aunque sea una revolución invisible y sólo podamos sentir los nanoporos más ásperos, el conocimiento científico también avanza en este nuevo mundo que entra en la millonésima parte de un milímetro.
- “La resistencia bacteriana a los antibióticos puede provocar las próximas pandemias"
CLARÍN, 17 de septiembre de 2022.- Hay una verdadera revolución nanotecnológica, invisible para el ojo humano y aún poco difundida. Controlan la materia a nanoescala (la millonésima parte de un milímetro) y sus aportes son claves en el estudio de enfermedades, la industria farmacéutica, alimenticia y energética. Medicamentos para tumores contenidos en “nanoburbujas” logran el mismo resultado con menores dosis, lo que tiene efectos colaterales menores. También con el Covid se hicieron famosos los barbijos creados por el Conicet que incluyen este tipo de tecnología. María Alejandra Molina es Doctora en Ciencias Químicas y realizó su tesis doctoral sobre “Nanocompuestos basados en hidrogeles inteligentes y nanoobjetos” y viene investigando en la resistencia microbiana en antibióticos y terapias anticancerígenas. Es investigadora independiente del Conicet en el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas, Fisicoquímicas y Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) y es la flamante ganadora del Premio Estímulo 2022 de la Fundación Bunge y Born. -Está investigando sobre la proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos con nanotecnología. ¿Hay un mal uso de los mismos? -La problemática de la resistencia antibiótica preocupa en todo el mundo y en cualquier momento es la próxima pandemia. El inconveniente es el uso indiscriminado de antibióticos por tomarlos sin receta, a destiempo, cortando la práctica antes de su ciclo. Y eso lo que genera es que la bacteria genere resistencia y el fármaco deja de servir. Por otro lado, los animales están siendo bombardeados de inyecciones de antibióticos para aumentar la producción, entonces nuestras bacterias empiezan a ser resistentes y todo eso lo estamos consumiendo. Necesitamos resolver esta problemática: ¿cómo vamos a matar bacterias cuando mañana no respondan a ningún antibiótico? Nos vamos a empezar a morir de cosas que ya teníamos erradicadas. -¿Qué se está haciendo entonces? -La primera medida salió hace poco con la ley de resistencia antimicrobiana en Argentina que regula el antibiótico sin receta, y es un avance. Lo que estamos haciendo nosotros en el laboratorio es desarrollar terapias para reemplazar los antibióticos usando luz que mata bacterias. Se trata de nanogeles, partículas muy pequeñas de escala nanométrica, que no se pueden ver con el ojo humano y son capaces de absorber una luz y se calientan y de esta manera pueden matar a las bacterias por el shock térmico. El calentamiento en una partícula tan pequeña es mucho más efectivo. Estamos buscando soluciones al antibiótico tradicional. -¿Estuvo trabajando también en escala nanométrica en terapias anticancerígenas? -En los años que estuve por una beca en Alemania hice todo un desarrollo en cáncer y ahora desde Argentina colaboro con colegas de allá. Utilizamos unos sistemas muy parecidos a lo que contaba para reemplazar antibióticos en este caso con nanopartículas capaces de liberar una droga anticancerígena. Acá tenemos también el mismo problema de la resistencia a las drogas. Si un cuerpo está bajo quimioterapia las células pueden generar resistencia y no responden más al tratamiento. El otro problema son los efectos secundarios de la quimioterapia que son tóxicos a todo el cuerpo. La nanotecnología lleva la droga al sitio de acción donde se quiere actuar y se evitan efectos adversos. Ya se está comercializando una droga puntual en base a este desarrollo. -Justamente contaba de Alemania, donde investigó varios años y decidió volver a la Argentina. ¿Cómo es hacer ciencia en nuestro país hoy? -Tenemos problemas económicos y de otra índole. Por ejemplo en química de materiales los insumos son importados pero también el problema es la burocracia. Nosotros tenemos que hacer todo: desde pensar los proyectos, escribirlos, ir a laboratorios, hacer la parte contable de subsidios, hacer las compras y al final el tiempo para investigar es muy acotado. Perdemos mucho tiempo en todo eso y en Alemania teníamos alguien encargado de estas tareas. Pero, en contraposición, el sistema científico argentino nos da a muy temprana edad un puesto permanente que en Europa no es viable. -¿En algún momento pensó en seguir investigando en el exterior? -Para mí, la vuelta nunca fue negociable y con mi marido nos fuimos sabiendo que queríamos volver, y seguir trabajando en la universidad pública, donde nos formamos. Me parece todo un desafío hacer ciencia en nuestro país y es la forma de ayudar a que se salga adelante. En Alemania también descubrí que es difícil investigar siendo inmigrante, más en ese tipo de sociedad tan cerrada. -¿Se investigan otras temáticas en el exterior respecto a lo que se hace acá? -No, para nada. Es más, el problema es que estamos atados a la ciencia del primer mundo y como necesitamos publicar en revistas internacionales solemos investigar esas problemáticas y no centrarnos tanto en los inconvenientes que tenemos nosotros. Por ejemplo, en mi área, en nanomedicina, una problemática importante es la enfermedad de Chagas y son muy pocos los grupos en Argentina que estén trabajando en eso. -¿Se valoró más a los científicos con la pandemia? -Creo que se comprendió más la necesidad de invertir en ciencia. Muchos creen que salen las vacunas muy rápidamente pero eso es gracias a todo lo que se venía investigando previamente. A la inversión en ciencia hay que sostenerla en el tiempo. Por ejemplo, hay que seguir financiando estudios sobre el Covid para que cuando haya otra pandemia nos encuentre bien preparados. Señas particulares Doctora en Ciencias Químicas, María Alejandra Molina tiene 38 años y es investigadora independiente del CONICET en el Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas, Fisicoquímicas y Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC). Se perfeccionó en la Universidad Libre de Berlín, con una beca de la Fundación Alexander von Humboldt. Ganadora del Premio Estímulo 2022 de la Fundación Bunge y Born en nanotecnología. Recibió el Premio INNOVAR en 2010 y 2011 y el Premio de la Fundación L`Oréal-UNESCO para mujeres destacadas en la ciencia.
- Nuevo Programa de Aceleración en Educación
Desde la Fundación Bunge y Born lanzamos el Programa de Aceleración en Educación, una iniciativa que busca potenciar, junto a equipos interdisciplinarios, soluciones creativas e innovadoras que contribuyan a la mejora de la educación en Argentina. La convocatoria ofrece una propuesta de valor que incluye la participación del equipo en el Programa de Aceleración junto al equipo de la Fundación Bunge y Born, acceso a un fondo de inversión social para escalar y evaluar la solución, y un premio económico de hasta $3.000.000 para la organización seleccionada. Hace más de 40 años nos propusimos contribuir a mejorar la educación en Argentina mediante el desarrollo de diversos proyectos educativos. Para alcanzar este objetivo, hemos recorrido un camino de colaboraciones y enriquecimiento entre diferentes organizaciones que ha permitido lograr un mayor impacto en la sociedad. Para esta convocatoria, se tendrán en cuenta especialmente aquellas soluciones que estén vinculadas a los distintos ejes temáticos que abordamos en la Fundación Bunge y Born como son: educación en contextos rurales, primera infancia, STEM (ciencia, tecnología, matemática e ingeniería) y Gaming. La propuesta está dirigida a organizaciones sin fines de lucro con experiencia y antecedentes en la implementación de proyectos educativos en terreno. A su vez, que estén interesadas en generar conocimiento para encontrar soluciones que mejoren la educación. Buscamos especialmente equipos de trabajo y organizaciones comprometidas y apasionadas por la educación y proyectos con impacto social, que quieran participar activamente del proceso de aceleración. Cierre de inscripciones: 30 de octubre Para más información sobre el Programa de Aceleración en Educación, hacé click acá.
- SPARK 2022: más de 1.000 docentes rurales se capacitaron en ciencia, arte y tecnología
El viernes 9 de septiembre vivimos una jornada a pura ciencia, arte y tecnología en SPARK, el festival educativo que organizamos junto a Fundación Perez Companc, y en alianza con el Ministerio de Educación de Tucumán. Esta es la tercera edición del festival, que se realizó en 2018 en Ciudad de Buenos Aires y 2019 en Córdoba. Más de 1.000 docentes de contextos rurales participaron con alegría, compromiso y entusiasmo de esta capacitación que contó con puntaje docente del Programa FORMAR, y tiene como objetivo potenciar prácticas educativas transformadoras. El Festival SPARK es un encuentro educativo que busca: Impulsar el intercambio de ideas creativas para la resolución de problemas educativos; Identificar oportunidades para potenciar la enseñanza, gestión y/o supervisión en contextos escolares rurales; Compartir prácticas educativas positivas que tengan potencial para trascender fronteras geográficas, interdisciplinares, y culturales. En su tercera edición, el festival se realizó en la Sociedad Rural de la provincia y contó con la presencia de Juan Pablo Lichtmajer, Ministro de Educación de Tucumán, y autoridades del ministerio. Por parte de las fundaciones, estuvieron presentes Gerardo della Paolera, Director Ejecutivo, y Alejandra Candia, directora de proyectos de Educación, Salud, Sustentabilidad e innovación social, de la Fundación Bunge y Born, y Mercedes Fonseca, Directora Ejecutiva, y Josefina Peire, coordinadora de educación, de la Fundación Perez Companc. "Hace rato que no teníamos una capacitación con diversas propuestas de tecnología, arte, charlas dinámicas, cortas e interactivas", destacó Noelia, docente rural. El Festival SPARK se distribuyó en 5 salas principales, todas con nombres de personajes emblemáticos de la provincia anfitriona: Sala Miguel Lillo, Sala Mercedes Sosa, Sala Nasir Ahmed, Sala Lola Mora y Sala César Pelli. En ellas se llevaron adelante 16 charlas y actividades de la mano de destacados especialistas como Pedro Bekinschtein, Nadia Chiaramoni, Federico Zimmerman, Cristian Cavo, Santiago Insúa, y Melina Jajamovich, entre otros; junto a disertantes locales como Mateo Carabajal, Blas de Haro Barbás, Ana Claudia García, Lucrecia Lionti y Damián Miro. "Todo el evento y las actividades me parecieron súper interesantes, ya que me permiten enriquecerme y llevar nuevas ideas al aula", sostuvo Sofía, docente de la Escuela de Comercio N°1 "Jugar para aprender", "Filosonar: música para alzar tu voz", "El humor aplicado a la divulgación científica", "Juegos para celulares ¿ángeles o demonios?", "¿Cómo atrapar un fenómeno en el aula?", fueron algunas de los títulos de las charlas brindadas por los especialistas. "Muy linda la iniciativa, he sentido que me llevo bastantes estrategias para trabajar en las escuelas", comentó Nelson, docente rural. El encuentro comenzó las 8:30h con la bienvenida, acreditación y un desayuno de cortesía, y continuó con dos charlas centrales en la Sala Miguel Lillo. Hacia el mediodía, llegó el almuerzo al aire libre, donde los docentes pudieron disfrutar de una propuesta artística y musical y, hacia el cierre de la jornada, nos despedimos con "Convergencia", una propuest musical de la mano de Santiago Insúa, quien resumió, junto a docentes voluntarias, la experiencia del día.
- La Fundación Bunge y Born presente en el XXII Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología 2022
La Fundación Bunge y Born estará presente en el XXII Congreso SADI 2022, organizado por la Sociedad Argentina de Infectología, que se desarrollará del 15 al 17 de septiembre en el Hotel Hilton de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, el equipo de Salud de la Fundación Bunge y Born presentará el caso ICAV (Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas) un índice que permite entender si las variaciones en las tasas de cobertura responden a la existencia de barreras de acceso a la vacunación y/o a una erosión en la confianza pública respecto de la importancia, seguridad y eficacia de las vacunas El congreso, que consta de 3 intensas jornadas de trabajo, contará con simposios, conferencias, mesas redondas, debates, presentación de trabajos orales y posters. Ejes temáticos del congreso: Infecciones por microorganismos multirresistentes: desafíos diagnósticos y terapéuticos Consideraciones farmacocinéticas y farmacodinámicas de antimicrobianos en situaciones especiales Enfermedades emergentes: situaciones desatendidas durante la pandemia COVID-19 Infecciones en pacientes inmunocomprometidos Modalidades terapéuticas innovadoras Infecciones asociadas al cuidado de la salud y control de infecciones VIH Actualización en vacunas y pediatría












