La diversidad y la riqueza cultural de nuestro país hace que cada región, cada zona, cada ciudad posea un caudal creativo inconmensurable. La identidad propia y la voz de cada lugar, son el pulso que da vida a los nuevos desafíos que encuentran los museos para potenciar y forjar fuertes vínculos con las comunidades que los contienen.

 

Y esa misma identidad y esa misma voz, no son ni más ni menos que el patrimonio propio de cada museo, son el corazón de la institución que cuenta su propia historia y construye un futuro. Podemos afirmar entonces que existe una especie de triángulo equilátero virtuoso con tres aristas, cada una de igual importancia: museo, patrimonio y comunidad.

Con especial atención a esto y a las nuevas definiciones que el actual y  desafiante contexto histórico que habitamos nos plantea, nos preguntamos: ¿Cómo pensar y repensar el rol de los museos y los equipos que los conforman en un contexto de constante cambio y redefiniciones? ¿Qué cambio puedo generar desde mañana para imaginar el Museo del futuro?

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NUESTRO ENFOQUE

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Proponemos tomar la desafiante realidad en la que vivimos y las limitaciones que muchas veces encontramos como disparador para obtener así grandes soluciones a pequeños problemas cotidianos empoderando a todas las voces del equipo.

En épocas de tiempos fugaces y soluciones rápidas, este programa propone desarrollar herramientas concretas para encontrar en el equipo del museo el diseño de una propuesta colectiva que permita apropiarse y llevarla a cabo.
 

Junto a Asociación Amigos del Bellas Artes diseñamos “El día después”, un programa destinado a los equipos de los Museos de todo el país para promover una mejor gestión del patrimonio.

El esquema de trabajo cuenta de dos instancias en las cuales se involucra a los equipos de los Museos y cuya meta es la visibilización y empoderamiento de los mismos. La primera etapa es de relevamiento de aspectos internos del Museo: estructura, programas públicos, acciones educativas, formatos de exhibición y metodologías de difusión de su patrimonio. El resultado es la producción de un documento (de uso interno) que permitirá hacer un diagnóstico, detectar potenciales acciones de mejora y pensar estrategias de abordaje.

La segunda etapa consiste en un trabajo presencial con el staff de la institución para trabajar las nociones de Museo, Patrimonio y Comunidad partiendo de sus múltiples (y constantemente cambiantes) definiciones. Se abordan tácitamente las problemáticas y se diseñan acciones concretas con todo el equipo para poner en práctica el objetivo de difundir el patrimonio en sus respectivas comunidades.​