La democracia sufre de dos grandes problemas: la polarización y la resignación.  Sí sentimos que nada de lo que hagamos como ciudadanos puede cambiar las cosas, ¿para qué democracia? 

 

Hay estudios que muestran que en América Latina viene cayendo el apoyo y la importancia que la población le otorga. Sin embargo, la realidad es que la democracia es más que el congreso, el ejecutivo, el sistema judicial, etc. Es un grupo de hábitos, valores y costumbres que incluye las ganas de informarse, de participar, de escuchar, reflexionar y conversar. No nacemos con estos hábitos. Hay que ejercitarlos, como un músculo, para fortalecerlos. Y sin ellos, las instituciones políticas no funcionan bien.

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NUESTRO ENFOQUE

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Desarrollamos junto con My Country Talks, y el acompañamiento de la Universidad Tres de Febrero, Universidad Torcuato Di Tella, Ashoka y RACI, por primera vez en Latinoamérica un proyecto de cultura democrática y ciudadana.

 

Queremos generar participación, reflexión y conversación. Por eso, la propuesta es, dentro de la convocatoria, responder una serie de preguntas en relación a la coyuntura política y económica que nos atraviesa como país. Basándose en las respuestas, un algoritmo seleccionará a otro participante con respuestas opuestas. A partir de este match, se genera el desafío de una charla con puntos de vista antagónicos.

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