En 2020, algunas de las estrategias adoptadas a nivel mundial para mitigar las consecuencias sanitarias del COVID-19 fueron el distanciamiento social, el aislamiento y la cuarentena obligatoria.

 

En el caso de Argentina, las desigualdades preexistentes en el acceso a ciertos bienes y servicios esenciales (tales como farmacias, bancos y cajeros automáticos, centros de salud, supermercados y almacenes) pueden poner en jaque la necesidad de observar un distanciamiento social y de evitar el uso del transporte público:

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• ¿Cuales son los grupos etarios y las zonas geográficas con mayor dificultad para acceder a bienes y servicios esenciales?

• ¿De qué manera se puede establecer una cuarentena administrada en zonas con mucha densidad poblacional y poco acceso a bienes y servicios? 

• ​En caso de una cuarentena administrada ¿cuál es la superficie mínima que se le puede habilitar a una persona para su desplazamiento? 

• ¿En qué medida puede evitarse el uso del transporte público?

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NUESTRO ENFOQUE

 

Nos proponemos generar un Mapa de Acceso a Bienes y Servicios Esenciales con un alto grado de desagregación espacial que permita detectar zonas con problemas de accesibilidad y abordar las necesidades específicas de grupos sociodemográficos que viven en situación de vulnerabilidad, minimizando el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas. 

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