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- La bióloga argentina más reconocida en el mundo responde: ¿Cómo salvar la vida en el planeta?
Es la doctora en Ciencias Biológicas Sandra Díaz que hoy recibirá un nuevo galardón por su asombroso trabajo sobre la contribución de la naturaleza para la vida humana, valorado a nivel mundial. Son los Premios Científicos Fundación Bunge y Born 2019 que destacaron a dos prestigiosos investigadores argentinos en ecología y ambiente. El Estímulo quedó para Lucas Garibaldi por sus estudios sobre los usos del suelo y los polinizadores. INFOBAE, 28 de agosto de 2019 - El cuidado del medio ambiente, de la ecología y las consecuencias del cambio climático sobre el planeta que habitamos poco tienen que ver con causas individuales y altruistas. Mucho – o todo – tiene que ver con el bien común y con acciones concretas. Solo a partir de allí se puede cuidar a la naturaleza, sintiéndose parte. Estas son algunas de las ideas primigenias que quedan en limpio cuando se escucha y conoce a los investigadores y científicos que están actualmente teorizando y construyendo sentido crítico en el mismo frente de batalla: en la búsqueda de un ecosistema equilibrado y sustentable entre plantas, animales, personas y bosques sin fuego. En el caso argentino existen dos científicos que actualmente están cambiando las cosas: en primer lugar la doctora en Ciencias Biológicas Sandra Díaz, con su trabajo sobre la contribución de la naturaleza para la vida humana, y altamente valorado a nivel mundial. Sandra hoy integra una especie de Meca de la ciencia: ella está en la lista del 1% de los científicos más citados y referidos del mundo dentro de su especialidad, los estudios sobre la biodiversidad del planeta. Y el doctor en Ciencias Agropecuarias, Lucas Garibaldi, joven y reconocido por sus estudios sobre los usos del suelo y los polinizadores. Esta noche, la flamante entrega de los Premios científicos Fundación Bunge y Born 2019 los colocó nuevamente en la picota, al destacar a estos dos prestigiosos investigadores argentinos en las ramas de la ecología y el ambiente. La ciencia argentina de pie Definitivamente para la bióloga argentina Sandra Díaz las preguntas que la interpelaron desde muy joven no fueron las políticamente correctas, sino las que a ella felizmente la incomodaban y la empujaron a no soltar su ansia de saber . Y supo cada vez más. Así lo demostró en su impecable desempeño académico en la Universidad Nacional de Córdoba, su provincia natal. Díaz además es doctora Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires, e investigadora superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). En el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC) trabaja en un marco interdisciplinario, que incluye a sociólogos y a distintos actores sociales, desde hace más de 10 años. ¿Cuál es la contribución de la naturaleza para la vida de la gente? Una enunciación en apariencia simple, pero que implica una gran complejidad: fue una de las estimulantes preguntas científicas que se propuso la bióloga Díaz para sus investigaciones. Y así se convirtió en la primera herramienta metodológica, consistente y empírica sobre el tema de la biodiversidad que se formuló y que decidió encarar con determinación desde su entrañable Bell Ville natal. La doctora en biología Sandra Díaz compartió sus reflexiones con Infobae, y sobre la pregunta original "¿qué hacer para salvar el planeta?", Díaz repreguntó con precisión y formuló una nueva inquietud. "Creo que la pregunta podría ser ¿qué hacer para salvar nuestra vida en el planeta, tal como la conocemos y como nos gusta? Ya que no se trata de algo altruista, sino concretamente de mantener el tejido de la vida con el cual hemos evolucionado por millones de años, y sin el cual no podemos tener una existencia tal como la conocemos". "Tiene que ver con cambiar las narrativas sociales, o sea las historias que colectivamente nos contamos y nos creemos, hacia modelos menos orientados al beneficio inmediato de unos pocos y más orientados hacia el bien común, ahora y en el largo plazo". "Se trata de ir hacia una relación más inclusiva con la naturaleza y con otros seres humanos; narrativas que recuperen la idea de una relación plena con una trama de la vida saludable “, reforzó la bióloga argentina. "El tipo de acción depende de dónde uno esté parado y de su capacidad de agencia. La responsabilidad mayor por supuesto cae sobre los que gobiernan, sobre los que regulan, sobre las grandes corporaciones que mueven grandes cantidades de recursos. Pero como ciudadanos es mucho lo que se puede hacer", definió Díaz a Infobae. Reconocer a los mejores Los ganadores del Premio Fundación Bunge y Born 2019, Sandra Díaz (Universidad Nacional de Córdoba) y el ganador del Estímulo, Lucas Garibaldi (Universidad de Buenos Aires) fueron elegidos por un jurado de expertos nacionales e internacionales, presidido por el destacado investigador en Ecología, Osvaldo Sala (School of Life Sciences, Arizona State University, Estados Unidos). Para el jurado, que la declaró ganadora del Premio Fundación Bunge y Born 2019, "Sandra Díaz ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del concepto de diversidad funcional", al tiempo que "a través de contribuciones teóricas, metodológicas y empíricas, ha demostrado cómo los caracteres biológicos de las plantas vasculares influyen sobre su vulnerabilidad al cambio climático, y las consecuencias que esto trae para el funcionamiento de ecosistemas". La ecología es la disciplina que representa mayores desafíos para la humanidad y aporta conocimientos fundamentales para contribuir a la sustentabilidad del planeta a través del estudio de las relaciones de los organismos y el medio ambiente, a múltiples escalas, analizando fenómenos locales, regionales y globales. Apuntó a Infobae Lucas Garibaldi, "desde la ciencia aprendimos que incorporando principios ecológicos se puede producir sin destruir la diversidad de la vida. De hecho, desarrollamos estrategias para ir un paso más adelante, en donde más biodiversidad signifique más producción, más empleo y más salud. Estas estrategias las pueden incorporar productores tanto grandes como pequeños y muchas veces tienen menos costos económicos que las prácticas actuales. Existen muchos ejemplos exitosos en nuestro país". Precisó Díaz a Infobae, "como ciudadanos es fundamental luchar por el derecho a una relación saludable con la naturaleza, como se lucha por otros derechos, como por ejemplo a la educación y a la salud. Exigir que se establezcan normativas que lo protejan y que se cumplan las normativas que ya existen pero son letra muerta, a través de los múltiples mecanismos de participación social que existen. Como miembro de los sectores más desfavorecidos, cuestionarse la narrativa de que la naturaleza es un lujo para los ricos y que no tiene nada que ver con mi vida cotidiana y mis derechos". Las preguntas medulares y a la vez simples que lanzó la científica Sandra Díaz a Infobae sirven para entender la cotidianeidad que implica pensar en "salvar al planeta". Será a través de acciones mínimas y colectivas donde se producirá el cambio. "Como consumidor, averiguar, pensar y exigir información de cuáles son los costos ambientales y sociales reales de lo que estoy comprando ¿Esto que compro para comer está contaminando el ambiente? ¿Me envenena a mí o a otros? ¿Podría comer algo que sea más alimenticio y menos dañino para todos? ¿Esto que me quiero comprar para ponerme, realmente lo necesito? ¿Este producto químico que "huele a limpio" es en realidad bueno para mi salud y la de la naturaleza? ¿Necesito toda esa energía que estoy usando todos los días? ¿Mi derecho a tener “chiches” nuevos todo el tiempo es más importante que mi derecho y el de todos los demás a tener una mejor relación con la trama de la vida? Reforzó Sandra Díaz a Infobae: "Como todos los derechos, conquistarlos o reconquistarlos no es fácil; hay mucha resistencia por parte de los que se benefician con la situación tal como está. Pero así como se fueron conquistando otros derechos, yo creo que hay que ir por éste. Es importantísimo combinar la acción colectiva con la individual. Es importante reciclar botellas y plantar tomates y hacer compost en tu casa, yo lo hago todos los días. Y si millones de personas lo hacen, se nota la diferencia y se crea conciencia. Pero pensar que con esto bastará, es profundamente ingenuo. Hay que ir más allá, a los factores sociales, económicos, políticos y legales que están detrás del deterioro alarmante de la trama de la vida. Esto no es "desempoderante". Es todo lo contrario". "Es posible elegir productos saludables, y producidos localmente, que no dañen el medio ambiente, que provengan de cadenas de comercialización más justas, que fomenten el empleo y el desarrollo local", completó Garibaldi . Garibaldi señaló el problema: la forma en la que se está usando el planeta. Y lo explicó de la siguiente manera: "Se producen cereales con siembra directa y agrotóxicos, lo que da una ganancia inmediata, pero se contamina el agua, el suelo lo sufre y la gente pierde los empleos rurales de trabajo intensivo. Luego, la sociedad toda tiene que pagar esos costos sociales, limpiar el agua y el suelo, y atender a las personas que desde el campo pasan a ocupar los cordones urbanos; es decir, todos estamos subsidiando a esos productores que tienen una ganancia inmediata", aseguró el doctor en Ciencias Agropecuarias. Como contracara Garibaldi planteó: "Los productos orgánicos ya incluyen los costos sociales que implica tener ciertos cuidados. En el mercado mundial hay cada vez más demanda de productos orgánicos, tenemos que estar a la altura de ese mercado". "Por eso, la solución al problema es la intensificación ecológica, que implica alta productividad y está asociado a más vida, a la diversidad", enfatizó. "La intensificación ecológica consiste en dejar actuar a los pesticidas silvestres como los insectos, las aves que depredan pestes, los polinizadores naturales – abejas (hay más de 20.000 especies en el mundo), mariposas, escarabajos-, y promover la fertilidad del suelo", concluyó el científico argentino. #premiofbb #ecologia
- Sandra Díaz sobre el Amazonas: “Es un gran desastre ambiental"
HOY DÍA CÓRDOBA, 28 de agosto de 2019 - Una densa nube gris comenzó a cubrir ayer gran parte del cielo de nuestra ciudad, en un día singular por el calor inédito que hubo para la época del año que vivimos. Si este último fenómeno se relaciona directamente con el cambio climático, el primero evidencia materialmente la gravedad del incendio que consume al Amazonas, máximo pulmón verde del mundo, esencial para batallar contra el calentamiento global. La destacada bióloga cordobesa Sandra Díaz, especialista en biodiversidad, explicó ayer la dimensión de la tragedia para el medio ambiente al aseverar que “es un gran desastre: cada ecosistema que desaparece nos empobrece a todos, por eso es tan grave. El Amazonas tiene una influencia muy importante para el clima y la hidrología de todo el continente americano”, precisó. La Fundación Bunge y Born entregará hoy sus Premios Científicos 2019 en Ecología en el Centro Cultural Kirchner, donde Díaz será reconocida por su aporte a la ciencia junto al doctor en Ciencias Agropecuarias Lucas Alejandro Garibaldi. Ayer, la doctora en Ciencias Biológicas explicó la dimensión política del incendio del Amazonas al aseverar que “está claro que estos incendios no son por el clima, sino por el contexto sociopolítico. No es el mismo en Brasil que hace otros años. Ahora estos incendios tienen cancha libre”, explicó. La referencia es para la gestión del presidente Jair Bolsonaro, que habilitó la explotación libre del Amazonas, donde en seis meses se incrementaron en un 83% los incendios. “Con estos incendios está el problema de la diversidad, ya que la selva es un reservorio de especies únicas que si se pierden, se pierden para siempre”, alertó Díaz, quien explicó que con la pérdida de vegetación se contribuye al cambio climático porque “ese carbono que estaba en el suelo y en los árboles va (ahora) a la atmósfera”. “La naturaleza es patrimonio de todos y es una fuente constante de beneficios que necesitamos. El uso que podemos hacer de ella no es incompatible con el buen Estado, siempre que tengamos mínimos reparos y precauciones, ya que la vida en la naturaleza se regenera rápidamente”, aseguró la especialista. “El tema es que hoy, los que se benefician a corto plazo hacen una fiesta que después pagan los otros, que pagamos todos”, concluyó Díaz. #premiofbb #ecologia
- El científico argentino premiado por estudiar a las abejas
INFOBAE, 28 de agosto de 2019 - El equilibrio entre calidad de vida, seguridad alimentaria y biodiversidad es el desafío que persiguen las investigaciones que realiza el científico argentino Lucas Garibaldi. Y, aunque es consciente de que la humanidad está frente al peligro de extinción de especies jamás visto, es optimista; cree que hay posibilidades de mejorar. Y no sólo eso, trabaja para encontrar soluciones. Es la calidad de las investigaciones de este doctor en Ciencias Agropecuarias del Conicet y su entusiasmo lo que hizo que la Fundación Bunge y Born le entregue este miércoles el Premio Estímulo a su trabajo. Garibaldi, que vive en la provincia de Río Negro, sostiene que estamos frente a un grave problema: la forma en que se está usando el planeta. Y lo explica de la siguiente manera: "Se producen cereales con siembra directa y agrotóxicos, lo que da una ganancia inmediata, pero se contamina el agua, el suelo lo sufre y la gente pierde los empleos rurales de trabajo intensivo. Luego, la sociedad toda tiene que pagar esos costos sociales, limpiar el agua y el suelo, y atender a las personas que desde el campo pasan a ocupar los cordones urbanos; es decir, todos estamos subsidiando a esos productores que tienen una ganancia inmediata", asegura. En diálogo con Infobae, el investigador destaca la importancia de uno de sus objetos de estudios: los polinizadores, entre ellos las abejas. —Los polinizadores son fundamentales para los ecosistemas. ¿Puede explicar por qué? —Son fundamentales por varios motivos: si uno va a un lugar y no hay ningún polinizador, de los cuales las más famosas son las abejas, es un índice muy fuerte de degradación general, de falta de vida en ese lugar. Los beneficios que nos da ese campo están muy degradados como, por ejemplo, proteger la calidad del aire, reciclar el aire que respiramos, regular la cantidad y calidad de agua. Los problemas de inundaciones que tenemos en la Argentina están muy asociadas a este fenómeno. Los ambientes que son amigables para los polinizadores y las abejas son amigables para el ser humano. También promueven la productividad de los cultivos. Si tenés una comunidad de polinizadores con muchas especies y abundantes, eso genera que se cosechen más semillas y más frutos por hectárea. —¿Eso cómo sucede? —La intensificación ecológica consiste en dejar actuar a los pesticidas silvestres como los insectos, las aves que depredan pestes, los polinizadores naturales -abejas (hay más de 20.000 especies en el mundo), mariposas, escarabajos-, y promover la fertilidad del suelo. La mayor parte de los cultivos se ve beneficiada en distinto grado por estos polinizadores. Es decir que para que uno tenga una manzana tiene que haber insectos que hayan visitado esas flores y que hayan movido polen de un árbol a otro. Ese transporte de polen lo realizan los polinizadores. No sólo influye en la cantidad sino en la calidad de la manzana, de la frutilla, o de la frambuesa. —¿Cuál es la situación de los polinizadores hoy? —Es una situación dramática, ya están desapareciendo en muchos lugares del mundo. Estamos viviendo la peor extinción de especies en toda la historia de la humanidad. Lo bueno es que hay soluciones, hay muchos ejemplos positivos y hay muchos productores que están haciendo las cosas bien, pero lo que se está haciendo no alcanza. Hay que fomentar y difundir todos estos ejemplos positivos y hay que hacerlo rápido. Es urgente. —Buena parte de lo que sucede tiene que ver con el uso de los suelos, incluso la actual quema en la Amazonia. A eso se suma el uso abusivo de agroquímicos. —Como humanidad no necesitamos más tierra cultivable, lo que ya está cultivado alcanza y sobra para asegurar la alimentación de la población. De hecho hoy en día se producen más alimentos que los que se necesitamos. Asociado a eso hay muchas cosas que cultivamos que no son alimentos. Hay mucha caña de azúcar para biocombustible, maíz para biocombustible. Como sociedad global preferimos utilizar el maíz para dárselo a los autos que para alimentar gente con necesidades. Es mentira que necesitamos expandir la superficie agropecuaria y sí es verdad que la superficie agropecuaria que tenemos se está degradando por la forma que tenemos de cultivar actualmente. Hay que revisar algunas mejoras y ajustes y en eso estamos trabajando. —¿Eso significa que además de avanzar sin necesidad lo hacemos mal? —No es que lo hacemos mal, pero se puede mejorar. Por un lado tenemos 800 millones de personas con necesidades alimenticias insatisfechas a pesar de que sobra alimento en el mundo y, por otro lado tenemos más del doble de esa gente en el mundo con problemas de obesidad. Están los dos extremos y en el medio no necesitamos más superficie cultivada. Eso no significa que toda la agricultura es mala, para nada. Sin dudas es un sistema en donde hay espacio para mejorar y en donde estamos trabajando en soluciones concretas que funcionan. —¿Y cuáles son esas soluciones? —Sin dudas se puede reducir el uso de agroquímicos y mantener, e incluso aumentar los rendimientos. Hemos hecho investigaciones en cultivos extensivos como el girasol y cómo, usando menos agroquímicos se puede fomentar la producción, la diversidad de polinizadores en las flores que mejora la productividad. También en la fruticultura, en el valle del Río Negro y Neuquén se usan muchísimos agroquímicos, a veces excesivamente, y al mismo momento hay cada vez más chacras de producción orgánica y biodinámica relacionadas con cambios en el consumo de los consumidores en Europa y América del Norte. Muchas veces cuando pensamos en las soluciones, pensamos en los agricultores pero, en realidad los que tienen el poder son los consumidores. En la medida en que los consumidores son cada vez más conscientes y hacen valer sus decisiones de consumo la agricultura cambia muy rápidamente porque es una actividad comercial. —¿Es compatible este modelo con el consumo actual? —Las tres palabras claves de nuestras investigaciones son: la calidad de vida, la seguridad alimentaria y la biodiversidad. Y lo que encontramos es que las tres cosas son compatibles. Pero tenemos un problema: la manera que tenemos de relacionarnos con nuestro entorno afecta a la seguridad alimentaria y a la calidad de vida. Nosotros estamos buscando e investigando soluciones: se puede producir más y mejor fomentando la biodiversidad y eso mejora la calidad de vida. Premio a la Ecología "La ecología es la disciplina que representa mayores desafíos para la humanidad y aporta conocimientos fundamentales para contribuir a la sustentabilidad del planeta a través del estudio de las relaciones de los organismos y el medio ambiente, a múltiples escalas, analizando fenómenos locales, regionales y globales", indicaron en la Fundación Bunge y Born mediante un comunicado. El premio reconoce la trayectoria y los aportes de destacados científicos desde 1964 y se ha consolidado como uno de los principales reconocimientos a la actividad científica argentina. Este galardón será recibido este miércoles a las 19 en el CCK por la experta del Conicet, Sandra Díaz, que co-presidió —junto al científico alemán, Josef Settele y al brasileño-estadounidense, Eduardo Brondízio— el informe de la sesión plenaria de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés). Este sostiene que el número de especies en extinción se acelera en todo el mundo, acercándose al millón, y detalla otros síntomas de deterioro de la naturaleza, con potenciales graves consecuencias para la humanidad. El reporte fue compilado y recopilado por 145 expertos de todo el mundo, contó con la colaboración de otros 310 autores, y está destinado a los tomadores de decisiones en todos los niveles, ya que considera que todavía se está a tiempo de torcer la tendencia actual hacia un deterioro generalizado de la naturaleza. El Premio Estímulo, que destaca los aportes de científicos más jóvenes, se entrega, ininterrumpidamente, desde 2001. El jurado que eligió a Garibaldi destacó su labor y consignó que "con una fuerte impronta cuantitativa y estadística, uno de los aportes más significativos de Lucas consistió en la demostración de que la diversidad y abundancia de polinizadores silvestres son más importantes que la abundancia de la abeja doméstica en el servicio de polinización de muchos cultivos". Asimismo, el jurado destacó como notable su "interés por difundir y hacer llegar las implicaciones de sus hallazgos científicos a la sociedad". #premiofbb #ecologia
- Sandra Díaz fue galardonada por la Fundación Bunge y Born
LA VOZ DEL INTERIOR, 29 de agosto de 2019 - En 2018, la prestigiosa revista Nature la mencionó como una de las cinco personalidades de las ciencias to watch (para mirar) durante este año por coliderar un proyecto global sobre biodiversidad. Integra las academias de Ciencias de Argentina, de Estados Unidos y de Francia; es miembro honoraria de la Sociedad Británica de Ecología y de la Royal Society de Londres. Recibió, entre otros, los premios Cozzarelli, Margalef de Ecología, Senckenberg; este año, el Princesa de Asturias; todos galardones muy preciados en el mundo de las ciencias. Recibida en la Universidad Nacional de Córdoba, la doctora en Ciencias Biológicas Sandra Myrna Díaz fue premiada ayer por la Fundación Bunge y Born, en un acto desarrollado en el CCK. “Este reconocimiento es otorgado a quienes desde hace años alertan sobre el mal uso de los recursos naturales y llega en un momento de grave crisis ambiental con foco en el Cono Sur”, se explicó desde la Fundación. El jurado declaró a Díaz como ganadora por haber “jugado un papel fundamental en el desarrollo del concepto de diversidad funcional”. Junto con su equipo, presentó un trabajo muy valorado a nivel mundial: “La contribución de la naturaleza para la gente”, herramienta metodológica, formal, consistente y empírica acerca del tema. “La naturaleza es patrimonio de todos y es una fuente constante de beneficios que necesitamos. Se puede hacer de ella un buen uso, siempre que tengamos mínimos reparos y precauciones, ya que la vida en la naturaleza se regenera rápidamente”, dice Díaz, también investigadora del Conicet. En mayo, en París, copresidió con el científico alemán Josef Settele y el brasileño-estadounidense, Eduardo Brondízio el informe de la sesión plenaria de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes, por sus siglas en inglés). Allí se sostiene que el número de especies en extinción se acelera en todo el mundo, acercándose al millón, y detalla otros síntomas de deterioro de la naturaleza, con potenciales graves consecuencias para la humanidad. El informe fue compilado y recopilado por 145 expertos del mundo, contó con la colaboración de otros 310 autores y está destinado a los tomadores de decisiones en todos los niveles –sobre todo gobiernos–, ya que considera que todavía se está a tiempo de torcer la tendencia actual hacia un deterioro generalizado de la naturaleza. Amazonia bajo fuego Díaz recibe el premio científico Fundación Bunge y Born (también el doctor en Ciencias Agropecuarias, Lucas Garibaldi) en momentos en que ocurre una tragedia ecológica: los incendios en la Amazonia. “Es un gran desastre ambiental provocado por razones evidentemente socioeconómicas”, le dijo Díaz a la agencia Télam. “Cada ecosistema que desaparece nos empobrece a todos, por eso es tan grave. La Amazonia tiene una influencia muy importante para el clima y la hidrología de todo el continente americano”, agregó. También dijo: “Está claro, tal como han mostrado los científicos brasileños, que los incendios no se deben a condiciones climáticas particularmente adversas, es decir, diferentes de años anteriores, sino que se relacionan directamente con cuestiones socioeconómicas y, en particular, con la línea política en el poder en ese país”. “En círculos académicos, se habla de torcer la curva del deterioro de la Naturaleza. Es dar un volantazo. Es incorporar salvaguardas de la trama de la vida en los factores de decisión”, dijo la especialista tras recibir el premio en Buenos Aires. #premiofbb #ecologia
- La Fundación Bunge y Born, en acción
LA NACIÓN, Editorial, 30 de agosto de 2019 - La Fundación Bunge y Born trabaja incansablemente desde 1963 en la promoción del conocimiento y la innovación en beneficio de la comunidad. Con sus acciones, en algunos casos compartidas con otras instituciones académicas o científicas, nacionales o extranjeras, se revela como inversora, intermediaria o simplemente como sensible y lúcida promotora de aportes diversos para toda la sociedad. Promoviendo actividades innovadoras, involucrando recursos en ideas prometedoras -aun cuando puedan todavía no contar con evidencia científica respaldatoria, pero que con su ayuda se tornan viables-, la institución acompaña también su implementación y posterior desarrollo. La educación agrotécnica está entre sus prioridades, mediante la capacitación de jóvenes para el desarrollo de agronegocios, así como para la producción agrícola y ganadera de cara a los desafíos del siglo XXI. De hecho, lleva adelante iniciativas en diversos programas de educación a través de valiosas alianzas a fin de potenciar la educación rural, como sucede con el programa Sembrador, que fortalece a escuelas en contextos rurales. En dirección de superar la dolorosa desigualdad, la atención de la primera infancia es otro hito de trabajo, junto con la salud. En este último campo aplica métodos estadísticos para contribuir al análisis, la interpretación y la resolución de problemas epidemiológicos. En alianza con la Academia Nacional de Historia y el Centro de Estudios Históricos e Información Parque España (Cehipe), aporta también al diagnóstico sobre el estado de la documentación histórica de la Argentina, con el fin de sentar un sistema nacional. Preocupada también por la enseñanza de las ciencias, promueve el desarrollo científico de jóvenes destacados mediante becas, subsidios o reconocimientos diversos. Dentro de esta extensa labor, desde 1964, la institución consagra con sus preciadas distinciones a personalidades destacadas en ámbitos como la economía, la medicina, la arqueología, el derecho, la química, la veterinaria, la geología y la paleontología, entre otras disciplinas. Este año, el jurado internacional otorgó el premio Fundación Bunge y Born por primera vez en el ámbito de la ecología. Distinguió a la doctora Sandra Díaz, de la Universidad de Córdoba. Esta bióloga, investigadora del Conicet, se especializó en el estudio del impacto del cambio ambiental global y la biodiversidad regional de los ecosistemas vegetales. Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias, de la Royal Society y de la Academia de Ciencias de Francia, y su ultimo galardón ha sido el Príncipe de Asturias a la investigación científica y técnica. Nacida en Bell Ville, Córdoba, tiene reconocimientos internacionales que la destacan como una ciudadana del mundo. La revista Nature la incluyó como uno de los cinco científicos para mirar en 2019 por coliderar el Informe Global de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Ipbes). El premio categoría estímulo fue para Lucas Garibaldi, doctor en Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Río Negro, también del Conicet, especializado en agroecología, apicultura, ecología económica, intensificación ecológica, polinización y servicios ambientales. Su formación y los reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos el de su propia colega Díaz, auguran un promisorio futuro a este joven científico. La Fundación Bunge y Born, presidida por Jorge Born (h.) y con Gerardo della Paolera en la dirección ejecutiva, junto a un activo consejo de administración, encarna un muy sólido proyecto, comprometido con el desarrollo del país, y realiza ingentes y sostenidos esfuerzos dirigidos a alentar y apoyar la construcción colectiva de la Argentina futura. #premiofbb
- Un mundo en extinción: los cambios urgentes que propone un investigador argentino
AMBITO, 31 de agosto de 2019 - Hay 1.000.000 de especies amenazadas y la tasa de extinción se está acelerando, en un planeta en el que tres cuartas partes del medio ambiente terrestre y alrededor de dos tercios del medio marino sufrieron graves alteraciones por la actividad humana. El histórico informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES), compilado por 145 expertos de 50 países, arrojó un caudal de datos inquietantes. En la coordinación fue vital el investigador y Dr. en Ciencias Agropecuarias argentino Lucas Garibaldi, una labor que, junto a su destacada carrera, decidió a la Fundación Bunge y Born a entregarle su tradicional premio en la categoría Estímulo, por primera vez dedicado a la Ecología. “Estoy muy contento porque es uno de los premios más importantes y a la vez muy sorprendido, porque uno no se postula. Se forma un jurado internacional y te avisan de sorpresa”, sostuvo en diálogo con Ámbito. Garibaldi confiesa que aprovecha las distinciones como una excusa para hablar de lo que le interesa: “Hay una mayor conciencia sobre la destrucción del medio ambiente, pero no alcanza. El ritmo es cada vez mayor, desaparecen más especies y más rápido. Por eso estamos peor. Lo bueno es que estamos trabajando duro para pensar nuevas propuestas”. “Cuidar el medio ambiente es cuidar a los seres humanos” Según los científicos, casi el 75% de los recursos de agua dulce se dedican a la producción agrícola o ganadera y aproximadamente 60 mil millones de toneladas de recursos renovables y no renovables se extraen a nivel mundial cada año. Aunque en el presente preocupante, ciertas tendencias dejan lugar a la idea de un futuro promisorio. “Hay muchos productores ganaderos, forestales, apicultores, que producen gran cantidad de alimentos de calidad y hacen dinero cuidando el medio ambiente y la biodiversidad. Ocurre a todas las escalas, productores familiares, más grandes y multinacionales, lo que pasa es que no son la mayoría. Esos ejemplos tienen que expandirse, ahí estamos fallando”, cuenta. Uno de los grandes mitos, sostiene, es que las producciones sustentables achican los márgenes de ganancias. Como investigador agrónomo, comprobó que “incluso impacta con reducciones en los costos. Por ejemplo: hay productores que aplican pesticidas a los costados de los caminos para mantenerlos limpios y eliminar malezas, cuando en realidad deberían hacer lo contrario. Si no los aplicaran, se ahorrarían ese gasto y permitirían la generación de polinizadores y controladores biológicos, que promueven la productividad y hacen el ambiente saludable”. Algunas prácticas para cuidar los suelos son nuevas pero otras, como las rotaciones de cultivos, simplemente se dejaron de usar. “La Argentina es uno de los peores ejemplos en las últimas décadas, porque predomina un solo cultivo y deriva en la homogeneidad del paisaje, la pérdida de biodiversidad y de empleo, existen malezas más resistentes y hay más inundaciones. Cuidar el medio ambiente es cuidar a los seres humanos”. Según los estudios, la degradación del suelo redujo la productividad del 23% de la superficie terrestre mundial. Reconfigurar el uso podría además abrir una nueva puerta de negocios. “Hay una demanda insatisfecha de alimentos de calidad. Aun en esta época de crisis hay mucha gente que quiere acceder a productos orgánicos, sin agroquímicos. Y a veces no están las vías para que pueda comprarlos, excepto lugares exclusivos. Cuando existen las redes de comercialización, incluso son más baratos y hasta te llevan bolsones de verduras a tu casa. Hay que empezar a producir estos productos porque se venden siempre”, apuntó. Garibaldi considera que en muchos casos la raíz del problema es el desconocimiento. “El sistema agropecuario actual es intensivo en el uso de agroquímicos, insumos y combustibles fósiles, pero no en el conocimiento del que lo aplica. Hay que ser más intensivos en el conocimiento y ahí debería intervenir el Estado y las asociaciones de productores. Se están generando cambios, pero son lentos y la tasa de destrucción muy rápida. Se nota sobre todo en América Latina: estamos destruyendo a toda velocidad un capital natural que tardó miles de años en generarse. Somos uno de los productores agropecuarios del mundo y lo estamos haciendo a costa de nuestra herencia familiar. Los incendios en la Amazonia están totalmente relacionados con eso, porque la forma de deforestar para poner ganado y cultivo es incendiando”. “Estamos mal con el tiempo, debe ser súper urgente” El informe del IPBES señaló al cambio del uso del suelo como la principal causa de destrucción de la biodiversidad y la vida en la Tierra, incluso por encima del cambio climático. “En los mares pasa lo mismo. En definitiva es el modo extractivo de utilizar nuestro planeta. La vida se moldeó durante millones de años bajo principios ecológicos, y si queremos subsistir deberemos respetarlos. Queremos culpar al cambio climático como algo externo, pero es el modo en el que estamos haciendo las cosas”. Para el investigador del Conicet es falaz el debate Cuidado del ambiente vs. Economía. “No es una cosa o la otra, porque es bueno generar dólares para el país, pero hay que mejorar. El sector agrícola es muy dinámico, y así como incorporó tecnología muy rápidamente, ahora es tiempo de incorporar principios ecológicos. Economía y ecología pueden ir de la mano, pero estamos mal con el tiempo, debe ser súper urgente y con medidas inmediatas”. En todos los escenarios explorados en el informe se estima que las tendencias negativas en la naturaleza continuarán hasta 2050 y más allá, excepto que se produzcan cambios transformadores. Por eso, una vez más, apela a reforzar el mensaje: “Debemos afianzar la relación entre ciencia y política, porque los resultados científicos pueden ser las bases de políticas públicas y económicas”. En ese camino, el ámbito académico es tan importante como el tiempo que dedica a los programas de radio y a las reuniones con el público para concientizar sobre los problemas ambientales y descubrir las posibles soluciones: “La idea es que tenga resultados sobre la calidad de vida. Sería muy triste jubilarme y ver que todo eso no sirvió para cambiar la vida de nadie”. #premiofbb #ecologia
- Lucas Garibaldi en diálogo con Rubén Gasco y Daniel Lambré en "Nadie me dijo nada"
LA 990, 1 de septiembre de 2019 - Lucas Garibaldi, doctor en Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Río Negro y ganador del Premio Estímulo 2019 en Ecología de la Fundación Bunge y Born, en diálogo con Rubén Gasco y Daniel Lambré en "Nadie me dijo nada" por AM 990. #premiofbb #ecologia
- Reunión final del jurado del Premio FBB 2019 en Ecología
Como todos los años, iniciamos una nueva edición de nuestros premios científicos. El Premio Fundación Bunge y Born y el Premio Estímulo se entregan de manera ininterrumpida desde 1964 y 2001, respectivamente, y se encuentran entre los reconocimientos más importantes a la actividad científica argentina. Este año, nos convoca la ecología y un jurado compuesto por prestigiosos académicos se reúne esta tarde en las oficinas de la Fundación para designar a los ganadores. “La ecología es la disciplina central para resolver el desafío más importante de esta generación que es lograr la sustentabilidad de nuestro planeta”, afirma Osvaldo Sala, presidente del jurado. Además, Sala señala que “el cambio climático, junto a los cambios en el uso de la tierra ponen en peligro el futuro de la humanidad. La ecología provee el conocimiento fundamental que es necesario para entender los impactos del cambio global y diseñar un camino hacia la sustentabilidad”. El destacado jurado de los premios científicos 2019 de la Fundación Bunge y Born está conformado por: Osvaldo Sala, PhD en Ecología por la Colorado State University, es profesor y director del Global Drylands Center de la Arizona State University. Además, es presidente de la Sociedad de Ecología de Estados Unidos y se desempeñó como profesor en distintas universidades, incluyendo Brown University y la Universidad de Buenos Aires. Elvira Cuevas, PhD en Ecología y profesora del Departamento de Ecología de la Universidad de Puerto Rico. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina. Rodolfo Dirzo, PhD en Ecología (Universidad de Gales), profesor de Ciencias Ambientales y dirige el Departamento de Biología de la Universidad de Stanford. Ernesto Medina, PhD en Agronomía (Universidad de Hohenheim, Alemania), científico adjunto del Instituto Forestal Tropical Internacional y profesor de la Universidad de Puerto Rico. Francisco Pugnaire, PhD (Universidad de Granada), es científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, miembro del Comité Español de Investigación en Cambio Climático Global, entre otras. Comité de Selección 2019: Presidente Rodolfo Sánchez, Universidad de Buenos Aires. Vicepresidente Thomas Kitzberger, Universidad Nacional del Comahue. Vocales: Enrique Bucher, Universidad Nacional de Córdoba. Jorge Crisci, Universidad Nacional de La Plata. Mirtha Flawiá, Universidad de Buenos Aires. Antonio Hall, Universidad de Buenos Aires. Alex Kacelnick, Universidad de Oxford. Pablo Marquet, Universidad Católica de Chile. Jorge Soberón, Universidad de Kansas. #ecologia #premiofbb
- Promoviendo la diversidad se puede producir más alimentos y de mejor calidad
El científico barilochense Lucas Garibaldi, doctor en agronomía recibió el prestigioso premio estímulo otorgado por la Fundación Bunge y Born, que se otorga desde 1964. Lucas tiene 38 años, hace 15 que vive en la ciudad, trabaja en la UNRN y CONICET y en diálogo con Antonio Zidar, durante el programa El Expreso Periodístico de El Cordillerano Radio (93.7), contó los detalles de los trabajos que lo llevaron a obtener el galardón. #premiofbb #ecologia
- Lucas Garibaldi sobre los incendios en el Amazonas
TELEVISIÓN PÚBLICA ARGENTINA, 30 de agosto de 2019 - Lucas Garibaldi, Doctor en Ciencias Agropecuarias y Premio Estímulo 2019 en Ecología de la Fundación Bunge y Born, analizó el caso del Amazonas y contó sobre los esfuerzos que debe realizar la humanidad para no destruir los ecosistemas que sostienen la vida sobre el planeta tierra. #premiofbb #ecologia
- Premian a un científico por sus investigaciones en agroecología
"Acá lo que tenemos que hacer es incorporar principios ecológicos a la producción agropecuaria” afirma Lucas Garibaldi, quien recibió el Premio Estímulo de la Fundación Bunge y Born. INFOCAMPO, 30 de agosto de 2019 - La Fundación Bunge y Born otorgó un “Premio Estímulo” a Lucas Garibaldi por sus aportes científicos en el área de ecología aplicada a los alimentos. Garibaldi es Ingeniero Agrónomo de la Facultad de Agronomía de la la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) y especialista en Ecología. Hace ocho años es investigador del CONICET y desde hace cuatro dirige el Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (INRAD) ubicado en Bariloche. El “Premio Estímulo” de la Fundación Bunge y Born es uno de los reconocimientos más importantes del área científica, que este año premió los aportes científicos del área de Ecología. “Cuando comencé la carrera científica busqué problemas que no estuvieran resueltos y que no hubiese muchos grupos trabajando en eso” dijo Garibaldi. Así llegó al campo de la agroecología. “Mi interés se concentró en uno de los principales problemas del mundo que está afectando la calidad de vida de las personas: cómo producir sin destruir el medioambiente” aseguró. “Me fui a vivir a Río Negro porque me gusta vivir más en contacto con el entorno más natural. Y Bariloche es como un Silicon Valley de Argentina: es una ciudad no tan grande, en un entorno natural hermoso, con un montón de universidades y capacidades académicas. Acá hay físicos, biólogos, agrónomos forestales”, comenta Garibaldi, que también tiene una fuerte vocación docente que mantiene desde hace 19 años de manera ininterrumpida entre la facultad y los cursos. La investigación que Garibaldi encabeza en el sur del país consiste en aplicar conceptos de ecología a la agronomía. El área, diez años atrás, no tenía demasiado desarrollo ni aplicación, pero hoy está en plena expansión. “Cuando uno piensa en tecnologías y cosas nuevas no es solo aparatos caros y cosas de laboratorio: dentro de la ecología también hay mucha tecnología, que se llama tecnología de procesos y se aplica para aumentar la productividad y promover un cambio en la manera en la que se produce para mejor”, explica el investigador. “Hoy, más producción implica más destrucción de la diversidad biológica, pero nosotros encontramos que contrario a lo que se piensa, promoviendo ambientes más saludables se puede producir más al mismo tiempo”, asegura el director del INRAD y da el ejemplo de los polinizadores: “Los ambientes naturales y seminaturales en paisajes agropecuarios, por ejemplo, no solo se fomentan industrias como la apicultura, sino que además eso promueve la diversidad de polinizadores, que son animales que visitan las flores de los cultivos. En ese visitar, mientras se mueven de una flor a otra, transportan polen, y ese polen contribuye a la formación de los frutos y las semillas que nosotros tanto necesitamos” . Otro punto que promueve con su investigación científica es la rotación de cultivos y el control biológico de plagas. “El concepto de plagas es un concepto asociado al monocultivo, donde hay una sola especie y se aplican siempre los mismos agroquímicos, de malezas, de bichos, en cambio del otro modo esas resistencias no están, los suelos no se degradan tanto sino que se recuperan” afirma el investigador. “Nuestro lema es producir más pero promoviendo la biodiversidad. Eso se llama intensificación ecológica, es un proceso inclusivo al que se pueden sumar los grandes productores, también los productores familiares, los pequeños productores, con pautas de una transición, año tras año. Porque acá no es una revolución de un día para el otro: el agro es un sector muy dinámico en Argentina, acá lo que tenemos que hacer es incorporar principios ecológicos a la producción agropecuaria”. #premiofbb #ecologia
- Entrega de Premios Científicos 2019 en Ecología
La entrega del Premio Fundación Bunge y Born y el Premio Estímulo en Ecología tendrá lugar el miércoles 28 de agosto de 2019, a las 19 h. en el CCK, Buenos Aires. Más información ➔












