Según datos de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación Argentina, los niveles de cobertura de vacunación en niños y niñas para el año 2019 (promedio anual), si bien dependen de la edad y el género, se encuentran en un rango que va desde 72% hasta 86%, con niveles muy inferiores a estos valores en las segundas dosis de las vacunas. En este sentido, se observa que, pese a la gratuidad de las vacunas y los esfuerzos del Gobierno Nacional para garantizar el acceso equitativo a toda la población, los niveles de cobertura de vacunas se encuentran por debajo del óptimo.

Debido a la pandemia, se han profundizado las desigualdades de ciertos sectores populares (en particular, de aquellos que no reciben ingresos si no pueden trabajar) y éstas se suman a las dificultades que de por sí suelen tener dichos sectores en el acceso a las vacunas, por ejemplo, por barreras como la distancia o la falta de tiempo para acudir a establecimientos de salud. Además de estas dificultades, también pueden coexistir problemas de desinformación que tengan un impacto en las decisiones de vacunación

Al mismo tiempo, existe un escepticismo significativo con respecto a las vacunas de ciertos sectores de la población. Por ejemplo, en los grupos jóvenes (de 15 a 30 años) hay una tendencia a la baja en la confianza, según datos del Índice de Confianza y Acceso a Vacunas (ICAV) del 2022.

NUESTRO ENFOQUE

Junto al Laboratorio de Aceleración del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Co-LAB PNUD) Argentina, nos proponemos entender cómo se comporta la población argentina respecto a las vacunas y cuáles pueden ser las mejores estrategias de comunicación para lograr una mejora en la adherencia  a las mismas.

Por medio de dos estudios cualitativos y de un experimento en redes, se pretende lograr una mayor comprensión del panorama argentino de desinformación con respecto a las vacunas; evaluar cómo este tema coexiste con otras barreras que afectan el acceso efectivo de la población a las vacunas y diseñar una campaña de comunicación masiva en redes con mensajes positivos que contrarrestar la desinformación sobre vacunas e incentivar a la población a vacunarse.

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