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El juego como herramienta para el desarrollo de habilidades de aprendizaje en Nivel Inicial



Por Teresa Blanco, Asistente de proyectos


Durante los primeros cinco años de vida, el cerebro de los niños y niñas crece y se desarrolla más rápidamente que en cualquier otra instancia de la vida, y sus primeras experiencias delimitan cómo se va a desarrollar su cerebro, siendo sus primeros aprendizajes claves para que puedan tener una educación exitosa, ya que forman una base sólida para aprendizajes posteriores (National Research Council Institute of Medicine 2000).


Este desarrollo está influenciado por diversas dimensiones interrelacionadas: la salud física (su higiene y nutrición), el contexto social (la composición de su familia, la escuela a la que asiste), el ambiente o la zona en la que habita, entre otras (Wachs 2000). Haciendo foco en la escuela como uno de los espacios dónde los niños y niñas adquieren sus primeros aprendizajes, existe fuerte evidencia en la literatura acerca del impacto que tiene la asistencia al Nivel Inicial, en el corto y largo plazo, tanto en la vida de los niños y niñas como en la economía de los países que invierten en ello (Heckman, Stixrud y Urzua, 2006; Schonhaut, Rojas, Kaempffer, 2005, Hall et al., 2009. Schady et al., 2015). Durante este nivel de la escolaridad, se desarrollan algunas habilidades fundamentales para que los niños y niñas puedan tener un tránsito exitoso a lo largo de toda su trayectoria escolar. De hecho, algunos estudios sostienen que la intervención en primera infancia es un espacio privilegiado para la nivelación en materia de igualdad de oportunidades (OCDE, 2013).


Para un tránsito exitoso a lo largo de la escolaridad primaria, el desarrollo cognitivo, en particular, es fundamental (Zimmerman, 2013). Esto se debe a que, para la adquisición de los primeros aprendizajes escolares, es necesario haber adquirido antes ciertos niveles de algunas funciones cognitivas fundamentales para el pensamiento –como las Funciones Ejecutivas (FE): atención, control inhibitorio, memoria de trabajo, flexibilidad y planificación– y haber desarrollado también algunas habilidades motrices claves. Todas estas se incluyen dentro de los denominados precursores de aprendizaje (Goswami y Bryant, 2007). Distintos estudios asocian el desarrollo de estas funciones con la habilidad lectora, las habilidades matemáticas, con el éxito en medidas estandarizadas de rendimiento académico e incluso con la regulación emocional.


Una herramienta principal a través de la cual los niños y niñas desarrollan las FE es durante el juego. Se ha demostrado que el juego tiene efectos directos e indirectos sobre la estructura y el funcionamiento del cerebro: conduce a cambios a nivel molecular (epigenético), celular (conectividad neuronal) y conductual (habilidades de funcionamiento socioemocional y ejecutivo) que promueven el aprendizaje y el comportamiento adaptativo y/o prosocial (Academia Americana de Pediatría, 2018).


Los diseños curriculares para el Nivel Inicial proponen actividades que promueven la creatividad, la comunicación verbal y no verbal, la formación corporal y motriz, y el juego como medio para el desarrollo cognitivo, afectivo, estético y social de los niños y niñas. Para eso, se establecen 4 horas diarias de clase, de las cuales 30 minutos corresponden al recreo. En la mayoría de las escuelas, ese tiempo –equivalente a 10 horas mensuales– transcurre en un patio o salón común. Entonces, los niños y niñas pasan mucho tiempo del día en la escuela y, para muchos de ellos, el tiempo en el patio es su momento de más actividad en la jornada.


En 2018, desde la Fundación Bunge y Born, nos preguntamos: ¿Cómo podemos sumar valor al tiempo de recreo?


El Domo Cósmico es un juego de patio pensado especialmente para contribuir al entrenamiento de algunas de las habilidades cognitivas y motrices identificadas como precursoras del aprendizaje de niños y niñas de Nivel Inicial, de contextos rurales.

El elemento principal de este dispositivo de juegos es el domo, propiamente dicho. En él se concentran la mayoría de las actividades vinculadas a la motricidad gruesa y funciona de soporte para los nueve paneles de actividades que tiene, que estimulan otros dominios del desarrollo -como la coordinación visomotora, la atención selectiva, la memoria de trabajo, el control inhibitorio, el sentido del número, entre otras-. El sistema se complementa con un rompecabezas tridimensional, donde cada una de sus partes sirve para promover el juego libre, la planificación y la cooperación.


¿Por qué está pensado para escuelas de contextos rurales?


Varios estudios han documentado una menor estimulación al aprendizaje en contextos rurales (Förster M & Rojas-Barahona, 2014; Miller & Votruba-Drzal, 2013; Burchinal et al, 2008). En el mismo sentido, existe evidencia acerca de que niños y niñas con menor nivel socioeconómico tienden a tener menor desarrollo de las FE que niños y niñas con nivel medio de ingresos (Lipina y Colombo, 2009; Lipina y Posner, 2012; citado en Hermida, Segretin, Prats, Fracchia, Colombo y Lipin, 2015).


La evidencia muestra que, en el ámbito rural, se cuenta con una menor disponibilidad de recursos didácticos para jugar (Lester y Rusell, 2010) tanto en el hogar como en las escuelas. En un estudio realizado en 2017 por la Fundación Bunge y Born se observó que el 99% de las escuelas de contextos rurales estudiadas cuenta con un espacio al aire libre destinado al tiempo de recreo. Sin embargo, el 39% de las escuelas no tiene juegos en el patio (Fundación Bunge y Born, 2017).


Para el desarrollo del Domo Cósmico, conformamos un equipo de trabajo interdisciplinario integrado por diseñadores industriales, terapistas ocupacionales, neuropsicólogos, politólogos, y especialistas en desarrollo infantil y educación a fin de lograr un diseño que respondiera a las características particulares de las escuelas de contextos rurales. Cada una de las partes del domo está basada en evidencia y pensada para contribuir al entrenamiento de algunas de las habilidades cognitivas y motrices identificadas como precursoras del aprendizaje, y agregar valor al tiempo que los niños y niñas pasan en el patio. Así, durante los años 2021 y 2022 instalamos 110 Domos Cósmicos en escuelas rurales de Mendoza, a los que se suman los 75 dispositivos que estamos instalando durante 2023.

¿Qué hicimos para acompañar y potenciar el uso del Domo Cósmico en las escuelas?


Para entrenar las habilidades cognitivas se requiere de cierto nivel de desafío, al igual que cuando entrenamos cualquier otro músculo del cuerpo. Si bien el juego libre es una herramienta importante para el aprendizaje, y un recurso valioso para los niños y niñas, el juego mediado por un adulto propone distintos niveles de dificultad que los impulsan a ir un poquito más allá de lo que pueden hacer solos. Por ello, diseñamos un Manual de Actividades para docentes con más de cincuenta ideas para trabajar específicamente en el estímulo de algunos de los precursores de aprendizaje usando los distintos elementos que propone el domo.


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