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Argentina ya tiene un índice de prevalencia potencial de Chagas

La Fundación Bunge y Born, en colaboración con la Fundación Mundo Sano y Grandata, construyó un índice para visibilizar territorios, aún en zonas no endémicas, que pueden estar habitados por personas portadoras de Chagas.



  • El Índice de Prevalencia Potencial de Chagas (IPPCh) se propone identificar aquellas zonas del país cuyas poblaciones mantienen contacto frecuente y asiduo con quienes viven en la región endémica del Gran Chaco, y que además, lo hacen en condiciones de vulnerabilidad sanitaria.

  • El índice se obtuvo a partir del procesamiento de más de diez mil millones de registros telefónicos anonimizados (Big Data).

  • Como resultado del trabajo, lugares como La Plata, barrios de la Ciudad de Buenos Aires o ciudades patagónicas, evidenciaron altas probabilidades de hallar prevalencias de Chagas superiores a la media del país, sugiriendo nuevas estrategias en la lucha contra la enfermedad, en base a la información que deviene de las nuevas tecnologías.


En 2018 la Fundación Bunge y Born realizó una alianza con Fundación Mundo Sano y la empresa Grandata, para trabajar en el desarrollo de un modelo de análisis que permitió identificar, a partir de la combinación inteligente de Grandes Datos (Big Data), potenciales nichos de infección con Chagas en zonas no endémicas de todo el país.


Este estudio cobra relevancia dado que Argentina no cuenta con un diagnóstico certero y actualizado sobre la realidad del Chagas. Las estimaciones disponibles sugieren que 1.5 millones de habitantes están infectados, y otros 7 millones tienen riesgo de contraer la enfermedad, que hoy se encuentra presente en todo el país ya que procesos migratorios y su posterior transmisión materno-infantil han expandido su frontera, afectando también a las principales áreas urbanas de la Argentina.


En una primera etapa, la investigación midió flujos migratorios a partir de registros telefónicos anonimizados, como variable indicativa de la presencia de población proveniente de la zona endémica. A esto, se introdujo otro conjunto de variables: acceso a los servicios de salud pública, características de las viviendas y nivel socioeconómico de la población, todas ellas determinantes de su nivel de vulnerabilidad sanitaria.


Así, el mapa señala zonas “calientes” de alta afinidad con la zona endémica y de alta vulnerabilidad sanitaria, y además permite conceptualizar y desarrollar insumos para diferentes usuarios: investigadores, especialistas en salud pública, decisores de políticas públicas en salud y funcionarios públicos, entre otros actores. En particular para los decisores, este mapa facilita el desarrollo de estrategias costo-efectivas para mejorar el acceso al diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Chagas.


Para 2019 está previsto realizar análisis serológicos que permitirán confirmar empíricamente los resultados obtenidos por el modelo.



Algunos resultados para destacar


Al combinar el Índice de Prevalencia Potencial de Chagas junto con el Índice de Vulnerabilidad Sanitaria, el trabajo permitió detectar áreas urbanas y/o rurales prioritarias para una posible intervención con acciones sanitarias, por fuera de la zona endémica del Gran Chaco.


Por su cercanía geográfica, y por cuestiones de migración fronteriza, las zonas próximas al Gran Chaco tienen un mayor nivel de contacto con la zona entendida como endémica.


Los departamentos de San Javier (Córdoba), La Paz (Entre Ríos), Santa Fe (Santa Fe), Luján de Cuyo (Mendoza) y Libertador San Martín (San Luis), entre otros, registran zonas con alto nivel de vulnerabilidad sanitaria combinado con afinidad alta con las zonas endémicas. Este patrón se observa en localidades próximas al Gran Chaco.


Zonas de La Plata y la Comuna 3 de la ciudad de Buenos Aires tienen valores de afinidad similares a localidades que se encuentran dentro de la zona endémica, pero con una mayor densidad poblacional.


Si bien la Patagonia se presenta como un área geográfica libre de Chagas, de acuerdo a este estudio el departamento de Güer Aike (Santa Cruz) registra presencia potencial de la enfermedad. Los departamentos como Pilcaniyeu (Río Negro), Río Grande (Tierra del Fuego), Río Senguer (Chubut) y Añelo (Neuquén) también presentan valores del IPPCh a considerar.


Las localidades de la pampa húmeda presentan un menor nivel de vulnerabilidad que el resto del país.



Postulados y variables utilizadas


La información elaborada posee un nivel de desagregación elevado. La unidad mínima de análisis es el denominado “radio censal”, que es la unidad estadística más pequeña de la que se dispone información sociodemográfica pública. En la Argentina, cada unidad político-administrativa se desagrega en fracciones y, a su vez, cada una de ellas se desagrega en radios. El tamaño de los radios en áreas urbanas se determina según la cantidad de viviendas: el radio tiene un promedio de 300 viviendas. Según datos del Censo Nacional de Población 2010, existen algo más de 52.000 radios censales distribuidos en todo el país.


Como punto de partida del trabajo, se asume que la existencia de conexiones frecuentes y sostenidas vía telefonía móvil con la ecorregión del Gran Chaco, es un indicador (proxy) válido de la existencia de flujos migratorios, permanentes o esporádicos, y de la posible presencia de personas con Chagas por fuera de la misma. A partir de esto, se realizó el procesamiento de una red de contactos de diez mil millones de registros de telefonía celular anonimizados (Big Data) que, combinados con las condiciones de habitabilidad de las viviendas (y su relación directa con las condiciones propicias para el alojamiento del vector), constituyen un Índice de Afinidad con la zona endémica.


Como segundo punto, se plantea que las posibilidades de contraer la enfermedad de Chagas no se encuentran asociadas solo al contacto con el vector (la vinchuca). Existen también determinantes de carácter más general, englobados bajo el concepto de Vulnerabilidad Sanitaria: acceso a los servicios y cobertura de salud, y el nivel socioeconómico de diferentes segmentos de la población. Al desarrollar un índice que cuantifica esta dimensión, se complementa al de afinidad con áreas de Chagas endémico, ya que estimar la vulnerabilidad sanitaria permite priorizar "zonas calientes" fuera del área endémica.


A partir de la combinación de estos índices, y tomando a la densidad poblacional como factor de escala, se construyó el Índice de Prevalencia Potencial de Chagas (IPPCh). El mismo puede interpretarse como un índice relativo ya que sus valores indican cuánto mayor es la prevalencia potencial de Chagas en un radio censal respecto al valor promedio poblacional.


Por esta razón, el índice compuesto presenta dos parámetros que permiten regular el efecto de cada componente (Afinidad y Densidad) para establecer un orden en la expansión de los resultados, que se puede adecuar en función del uso que se le dará.

De esta manera, el procesamiento de grandes datos y el análisis en tiempo real de valiosa información sobre las zonas bajo estudio, permite realizar inferencias interesantes y plantear hipótesis novedosas respecto a la distribución de la enfermedad en todo el territorio argentino.



Próximos pasos



Este proyecto contempla tanto la discusión científica del modelo como la validación en campo de los resultados.


El trabajo será presentado en la prestigiosa The Web Conference, en el workshop de Data Science for Social Good, que tendrá lugar el 14 de mayo de 2019 en San Francisco, Estados Unidos. A su vez, participará en la conferencia internacional Data for Policy 2019, que tendrá lugar en junio de 2019, en Londres, Inglaterra.


Respecto al segundo objetivo, está previsto realizar análisis serológicos que permitirán posteriormente confirmar empíricamente los resultados arrojados por el modelo.


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